Instituto Distrital de Patrimonio Cultural

¿Qué tanto sabes sobre los columbarios del Cementerio Central?

¿Qué tanto sabes sobre los columbarios del Cementerio Central?

¿Qué tanto sabes sobre los columbarios del Cementerio Central?

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Las antiguas estructuras funerarias ubicadas en el complejo de la calle 26 nos invitan a construir colectivamente relatos e imaginarios sociales que reconozcan los procesos de duelo y la dignidad de las poblaciones más vulnerables. Conoce el significado que el IDPC quiere darle a este lugar como eje de memoria sobre la pobreza, la guerra y la paz, ahora que estamos de nuevo en una espiral de violencia e impunidad.

El conjunto funerario del barrio Santa Fe es un lugar dotado con una importancia histórica para la ciudad de Bogotá. Su construcción se da cuando en 1791, el virrey José Manuel de Ezpeleta ordenó la construcción de un cementerio en las afueras de Santafé. Con su construcción a finales del S.XVIII junto con el Cementerio Central, los columbarios dieron lugar a todas aquellas personas que no podían comprar lotes para hacer los ritos funerarios de sus seres queridos. 

En el llamado Globo B (donde se encuentran los columbarios) se gestó una memoria asociada a los sectores más vulnerables de la ciudad que contrastaba con la memoria de mármol que desde el siglo XIX se venía desarrollando al lado en el Cementerio Central. Allí no solo terminaban las personas pobres, también lo hacían mendigos, víctimas del conflicto armado y del Bogotazo de 1948.  

Sus espacios y edificaciones fueron dedicados a la inhumación de restos mortuorios y al desarrollo de prácticas rituales asociadas, en las que se han consolidado oficios y zonas de comercio vinculados al contexto funerario: marmolerías,  floristerías, comercio de velas y otros artículos de culto, escalerismo y sacerdotes populares. Igualmente, se han creado espacios de uso recreativo como el Parque del Renacimiento y  conmemorativos, culturales y comunitarios en el Centro de Memoria, Paz y Reconciliación.

Con la absorción y crecimiento exponencial de la ciudad, distintos planes distritales adoptaron medidas para crear lo que se conoció como el Plan Maestro del Parque Urbano Calle 26, en el que quedaría el Parque El Renacimiento y el Parque La Reconciliación, lugar que albergaría el Centro de Memoria, Paz y Reconciliación (inaugurado en el año 2010) y los cuatro columbarios clausurados con la obra “Auras Anónimas” (2009), de la artista Beatriz González. 

Beatriz González intervino los columbarios con un monumento dedicado a las víctimas anónimas del conflicto armado en Colombia, el cual consistió en una serie de lápidas impresas a mano y adaptadas a 8957 nichos en las cuales se repite el patrón de ocho imágenes de siluetas de hombres cargando cadáveres.

En medio de este contexto, los columbarios representan la huella histórica de todo un conjunto social destinado a ser inhumado en un lugar específico: el de los pobres. El lugar de los pobres sostiene física y simbólicamente el lugar asignado para recordar a las víctimas de la violencia en Colombia. Las muertes ocasionadas por la violencia armada contemporánea encuentran en los columbarios una espacialidad que les da asilo, que las adopta y que, por ende, también las significa. 

Entonces, ¿Qué relación tienen los columbarios con la violencia política actual? 

Más que privilegiar una asignación de sentido sobre los cimientos de “otro relato”, los columbarios escenifican la coexistencia de varias capas históricas y nos impulsan a tener diálogos necesarios con nuestro pasado, presente y futuro. Los columbarios simbólicamente nos recuerdan de dónde hemos venido. 

Las discusiones que suscita se vuelven relevantes un momento político en el que 182 personas han sido asesinadas en 45 masacres ocurridas en lo que lleva el 2020, según cifras del Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz.  Los columbarios, entre otros sentidos, expresan un intento por tramitar las memorias de la violencia y los duelos asociados a esta en un contexto de guerra inacabada.

Además, su discusión complementa los otros relatos que circulan en todo el eje de la memoria que conecta la Calle 26: el del Cementerio Central, el Centro de Memoria Paz y Reconciliación y el Parque el Renacimiento. Conectarlos genera nuevos relatos y reflexiones entorno a la memoria, los procesos de duelo y  la dignidad de las poblaciones victimizadas por el conflicto armado reciente.

 

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