Con una agenda de tres días de actividades, que incluye recorridos, conversatorios, activaciones pedagógicas a través del juego y talleres, el Museo de Bogotá dará apertura este 13 de octubre a la exposición Sobre la ciudad nuevos soles, una apuesta colectiva con la que consolida su proceso de renovación e invita a reflexionar sobre las dinámicas –históricas y actuales– de exclusión, segregación e injusticia espacial en Bogotá y a reconocer las iniciativas ciudadanas que las interpelan, las resisten e intentan contrarrestarlas.
Desde noviembre del año pasado, el Museo de Bogotá ha venido adelantando un ejercicio participativo que ha vinculado a visitantes, colectivos y organizaciones de la ciudad en actividades y procesos tendientes a promo- ver la imaginación y la creación como herramientas para proyectar una ciudad basada en relaciones más justas. Alrededor de 30,000 personas han visitado lo que se ha denominado el Laboratorio de Renovación Espacial Nuevos Soles (LARENS) y aproximadamente 1,000 personas hicieron parte de los escenarios de activación y participación en los que se recogió buena parte de los insumos conceptuales, creativos y testimoniales que hoy dan vida a Sobre la ciudad nuevos soles.
De acuerdo con Cristina Lleras Figueroa, curadora del Museo de Bogotá, con este nuevo proyecto “esperamos que los públicos encuentren una provocación para pensar su propio lugar, su propia experiencia en la ciudad. Que, a partir de esa provocación, reconozcamos que, efectivamente, vivimos en condiciones desiguales que no son naturales, sino que son creaciones del ser humano, y que nos preguntemos: ¿qué vamos a hacer frente a esos escenarios?”.
Sobre la ciudad nuevos soles es una invitación a pensar las formas en que la desigualdad y el acceso diferenciado a bienes y servicios se han manifestado espacialmente en la ciudad. Para Patrick Morales Thomas, director del Instituto Distrital de Patrimonio Cultural (IDPC), la exposición recoge justamente el sentido de la renovación del Museo de Bogotá, en tanto “propone una reflexión sobre las dinámicas sobre las que se ha ordenado y desarrollado Bogotá, así como sobre el derecho a la ciudad”. Y agrega que, “al configurarse como un ejercicio colectivo, con la participación activa de las comunidades, al reconocer sus iniciativas para pensar una ciudad distinta, el Museo se transforma en plataforma para la descentralización, el desescalamiento y la democratización de los patrimonios de Bogotá”.
El proyecto está conformado por una sala expositiva que, a través de distintas voces –tanto históricas como del presente–, aporta elementos para la comprensión de la injusticia espacial. En este sentido, afirma Lleras, la apuesta llama a “interrogar los mapas y los planos de Bogotá, a interrogar la manera en que se ha desarrollado históricamente la ciudad y a quiénes afecta”. Asimismo, agrega, la sala alberga “historias de personas que en la actualidad adelantan proyectos para promover una relación con la ciudad, con los seres humanos y no humanos y con el entorno natural, muy distinta a la que se ha instaurado”.
Además de la sala expositiva, los y las visitantes encontrarán espacios de experimentación, especulación y participación que invitan a intervenir escenarios de una Bogotá futura (más segregada o más justa). Estas salas contienen también los aportes de distintas comunidades congregadas por LARENS para pensar en la ficción como posibilidad de imaginar nuestras acciones bajo estos escenarios. Allí, se pretende entonces continuar la reflexión –a manera de proyecto abierto o inacabado, dispuesto para la constante contribución ciudadana– sobre nuestra propia responsabilidad, sobre las acciones que hacemos y dejamos de hacer con miras al futuro de la ciudad; un futuro que no debe entenderse como un escenario distante sino como un futuro que también es nuestro.