¡Premio Dibujatón 2021! Ilustra el patrimonio de Bogotá junio 4, 2021 – Publicado en: Estímulos, Eventos – Etiquetas:

Este sábado 5 de junio, desde las 8:30 a.m., el IDPC llevará a cabo la jornada del premio “Dibujatón: ilustra el patrimonio de Bogotá”, una de las convocatorias del Programa Distrital de Estímulos de este año.

El premio Dibujatón, que este año llega a su quinta versión, tiene como objetivo promover la apropiación del patrimonio cultural de Bogotá, bajo un enfoque de patrimonios integrados, reconociendo el dibujo como herramienta creativa que aporta a la transmisión de la memoria e identidad del entorno urbano y natural presente en la ciudad. 

Los estímulos se distribuirán de la siguiente manera: primer puesto $5 millones, segundo puesto $3 millones y tercer puesto $2 millones.

La jornada iniciará con un recorrido sensorial por el espacio escogido. Posteriormente, durante la franja horaria estipulada por la convocatoria, las 35 personas seleccionadas (de un total de 125 inscritas este año) procederán a realizar una serie o secuencia de dos a tres dibujos rápidos o sketch, para representar los sentidos del lugar.

Se entiende por sketch urbano en su traducción “croquis”, “boceto” o “esbozo”, como un dibujo rápido de un determinado elemento a ilustrar en un contexto de ciudad (edificio, paisaje urbano, detalle ornamental, monumento, etc), tomando en cuenta las líneas principales y empleando técnicas de representación gráfica tales como lápices, tintas, acuarelas, entre otros.

Por último, el lugar de encuentro será informado mediante correo electrónico a las y los participantes habilitados, un día antes de la jornada dispuesta por el IDPC. 

 

El resurgir de Los Columbarios del Cementerio Central

Hacia finales del siglo XVIII, una de las consideraciones predominantes en la organización territorial de Bogotá, que se iría imponiendo paulatinamente, fue la de dividir espacialmente a los vivos y los muertos. Los primeros habitaron cerca de los cerros orientales, los segundos fueron ubicados al occidente de la ciudad, en el camino que conducía a Engativá. Aquí, lejos de la planificación y el movimiento citadino, se instaló el conjunto funerario del Santafé que incluía el cementerio de las élites y los personajes históricos, el Cementerio de Pobres, el cementerio de impenitentes y los cementerios para extranjeros.

Muy temprano, el sector conocido como el Cementerio Católico -o Central- de Bogotá adquirió  un carácter monumental. Por su parte, en el terreno occidental aledaño al cementerio se dispuso un sector público que en los archivos se registra como Cementerio de Pobres, conocido hoy como Globo B -Parque de la Reconciliación-. La estética imperante fue la de inhumaciones en tierra, cruces en madera y arreglos florales para señalar los entierros y fosas en suelo, de manera similar a como aún se acostumbra en los camposantos de pueblos y veredas. 

Con los años, este lugar se convirtió en el cementerio distrital más antiguo, dinámico e importante, gracias a la fuerte presencia e impronta popular y devocional de amplios sectores sociales, que visitaban a sus muertos y generaban un espacio de afecto y ritualidad.

En el 2000 se clausura este cementerio. La prensa publicó notas y artículos sobre la escasez de bóvedas y el malestar generalizado por su cerramiento definitivo. Se generó un destierro de los muertos y sus dolientes.Y con ello, llegó la ruina y olvido de este antiguo lugar funerario en el que aún hoy, sobresalen cuatro de los seis columbarios que acogieron los restos mortales y las memorias de los habitantes de Bogotá. 

Actualmente, se viene produciendo el despertar del Cementerio de Pobres  y sus Columbarios, lugares hablantes que insisten en resurgir, mediante el latir de nuevas revelaciones cubiertas bajo capas de deterioro, silencio y omisión. El latido que retumba es un llamado a historizar y experimentar vivencialmente el lugar. 

Patrimonio físico y simbólico con carácter testimonial, que nos permite acercarnos y escuchar los relatos de esos conciudadanos de diferentes épocas, población mayoritaria de estratos medios y vulnerables, quienes con sus nombres, cuerpos, memorias, huellas de desalojos sufridos y dolientes emergen para ampliar los relatos históricos de la capital. 

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