Tras el desmonte y retiro preventivo de todas las piezas en bronce que conforman el monumento Ángeles Agustinianos por parte del equipo de Bienes Muebles y Monumentos del Instituto Distrital de Patrimonio Cultural IDPC, debido a las afectaciones causadas en el mes de agosto del 2021, este volvió a ser ubicado en su lugar de origen en la localidad de Suba. La intervención consistió en la restitución de las piezas que le fueron mutiladas, la cual estuvo a cargo del restaurador de bienes muebles, Temístocles Suarez.
El pasado 19 de noviembre, en un evento de conmemoración a los 21 ángeles, el IDPC hizo entrega del bien a la comunidad, en el cual participaron las madres y padres de las familias, la Alcaldía local de Suba, y el equipo técnico del IDPC a cargo de la intervención.
En el año 2021, al conjunto escultórico le fueron amputadas las dos manos y una de las alas de escultura central, que representa un ángel. Tras su desmonte el IDPC adelantó los trámites de denuncia correspondientes ante la Fiscalía General de la Nación e inició el proceso para el uso de la póliza todo riesgo con la que esta entidad cuenta para la restauración del bien mueble.
Posterior al proceso administrativo, el restaurador de bienes muebles Temístocles Suarez, a quien la aseguradora aprobó su cotización, inició el proceso de restauración, el cual fue aprobado por el IDPC mediante la Resolución No 449 del 22 de agosto de 2022.
El proceso de restauración inició con el traslado de las piezas escultóricas al taller del restaurador, seguido de la limpieza general, con el propósito de eliminar depósitos superficiales como polvo y suciedad generalizada; Posteriormente se procedió a realizar la restitución de las piezas que fueron mutiladas (Manos y ala), para lo cual fue necesario hacer las réplicas, y la respectiva fundición que permitió la unión con la escultura. Así mismo se elaboró la restitución de la pátina química de las áreas afectadas con el propósito de unificar el acabado de la totalidad de la escultura y la pasivación de la superficie metálica, la cual hace referencia a la estabilización de los puntos de corrosión activos en las piezas de bronce. Por último, se aplicó a la escultura cera microcristalina sobre la superficie de las piezas que permite la protección del material.
Tras el regreso de la escultura a su lugar original, se incluyó la instalación de un sistema antirrobo como gestión de riesgo por las condiciones de inseguridad.
El artista detrás de la obra
El 28 de abril del 2004, ocurrió el fatal accidente por el cual la dirección del Instituto de Cultura y Turismo, a cargo de Martha Senn encargó al maestro Julio Páez los retratos en dibujo de los niños fallecidos, basados en fotografías, para que estos fueran obsequiados a las familias de las víctimas.
A partir de estos retratos, realizados en un proceso de diálogo entre el artista y las familias afectadas, surgió la idea de realiza la construcción de un monumento conmemorativo de los 21 Niños Fallecidos, y para diciembre del 2006 fue abierta una convocatoria pública, en la cual los padres de familia serían quienes decidirían cuál sería el proyecto ganador.
Así pues, el proyecto presentado por el Maestro Julio Páez Ferro fue elegido, pues su proyecto fue concibió como un conjunto escultórico conformado por elementos que logran entre sí hacer reminiscencias poéticas a la idea de la inocencia y la niñez; Ya para abril del 2007 la obra fue inaugurada en la conmemoración de los 3 años del accidente.
Sobre el artista
Julio Páez Ferro, PAPETO, nació en Chiquinquirá, Boyacá el 11 de Diciembre de 1942; estudió en la facultad de Arquitectura y Bellas Artes de la Universidad de los Andes, en la Escuela Nacional de Bellas Artes de la Universidad Nacional y en los talleres de los maestros Armando Villegas, Antonio Roda y David Manzur.
Este artista se especializó en la elaboración de retratos, y su última etapa artística la ocupó en su pasión por los caballos, la pintura y la escultura en bronce, dedicándose a realizar obras de pequeño formato, como obras de gran tamaño para monumentos históricos ecuestres. También, elaboró retratos en bronce de tamaño natural tanto de personalidades destacadas como de personas particulares. El maestro murió a los 70 años en Santamarta, Colombia el 20 de septiembre de 2012.
Por lo anterior y debido a casos de hurtos similares que se presentaron en la zona, el IDPC como medida de gestión del cuidado y protección del patrimonio, realizó el desmonte preventivo de esta escultura e inició el proceso de restauración mediante el uso de la póliza con la que cuenta esta entidad.