Instituto Distrital de Patrimonio Cultural

Manual de Uso y Protocolo de Aprovechamiento de la Plaza de Bolívar: herramientas para su conservación

Manual de Uso y Protocolo de Aprovechamiento de la Plaza de Bolívar: herramientas para su conservación

Manual de Uso y Protocolo de Aprovechamiento de la Plaza de Bolívar: herramientas para su conservación

Manual de Uso y Protocolo de Aprovechamiento de la Plaza de Bolívar: herramientas para su conservación

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La Plaza de Bolívar, en el corazón del Centro Histórico de Bogotá, es uno de los espacios más emblemáticos de Colombia. Ha sido escenario de momentos cruciales de la historia nacional: desde celebraciones y ceremonias oficiales hasta manifestaciones sociales y culturales que reflejan la vida democrática del país. Su condición de Bien de Interés Cultural de la Nación y de plaza cívica por excelencia exige medidas especiales de protección y cuidado.

Con ese propósito, se expidieron dos instrumentos fundamentales: el Manual de Uso de la Plaza de Bolívar, elaborado por el Instituto Distrital de Patrimonio Cultural  – IDPC, y el Protocolo de Uso y Aprovechamiento Económico de la Plaza, desarrollado por la Secretaría Distrital de Gobierno – SDG. Ambos están articulados con el Plan Especial de Manejo y Protección – PEMP – del Centro Histórico de Bogotá, garantizando un marco integral que permite el disfrute ciudadano y el cuidado del patrimonio.

Manual de Uso: reglas claras para la conservación

El Manual de Uso, adoptado mediante la Resolución 1175 de 2024, responde a la necesidad de preservar la integridad de la Plaza frente a su constante uso. Entre sus lineamientos, establece que las actividades autorizadas son temporales, no permanentes, y que su duración no puede superar los 45 días al año, con un máximo de un evento por mes. Esto busca evitar la sobreocupación y el desgaste de sus superficies.

En cuanto a montajes y estructuras, el Manual fija parámetros técnicos como:

  • Se prohíbe instalar elementos sobre la escultura de Simón Bolívar y su plataforma, así como en ciertos espacios que, por su conservación, son susceptibles a daños, como las escalinatas del Capitolio Nacional y el atrio de la Catedral Primada.
  • Se diferencian zonas de carga liviana, media y regular, permitiendo montajes temporales solo en áreas específicas, como los costados del Palacio de Justicia y el Edificio Liévano.
  • Los vehículos pesados tienen restringido el ingreso, limitándose el cargue y descargue a la bahía de la carrera 8.ª, con un área máxima de ocupación de 145 m².
  • Toda estructura debe contar con cálculos de carga firmados por un ingeniero o arquitecto, utilizando apoyos que distribuyan el peso sin afectar ningún elemento de la Plaza. La altura máxima permitida para montajes es de 16 metros, tomando como referencia el Edificio Liévano, con el fin de preservar la armonía visual del conjunto monumental.

El Manual también establece obligaciones de cuidado y protección: cada organizador debe entregar la Plaza en iguales o mejores condiciones, firmando un acta de recibido y presentando pólizas de responsabilidad civil. Estas pólizas cubren daños a la Plaza, accidentes, gastos médicos y responsabilidad civil cruzada.

Consulta el Manual de Uso de la Plaza de Bolívar aquí: Plan Especial de Manejo y Protección del Centro Histórico de Bogotá – Instituto Distrital de Patrimonio Cultural

Protocolo para un uso responsable y transparente

Junto con el Manual, el Protocolo, expedido mediante la Resolución 367 de 2025, regula el uso y aprovechamiento económico de la Plaza de Bolívar. Su objetivo es equilibrar la posibilidad de realizar actividades con la necesidad de conservar el valor histórico y cultural de este espacio.

El Protocolo define que toda actividad —con o sin ánimo de lucro— requiere autorización administrativa. La Secretaría Distrital de Gobierno es la entidad responsable de otorgar los permisos, previa verificación del cumplimiento de los lineamientos patrimoniales del IDPC.

Entre sus principales disposiciones se encuentran:

  • Temporalidad: máximo un evento por mes, con duración de hasta cuatro días continuos o discontinuos, sin incluir montaje y desmontaje.
  • Prohibiciones específicas: no se permite el estacionamiento de vehículos en la Plaza, ni la instalación de estructuras que obstaculicen la movilidad por la carrera 8.ª.
  • Seguridad y sostenibilidad: toda instalación debe contar con póliza de responsabilidad civil por un monto no inferior a 400 salarios mínimos, cubriendo perjuicios a personas y bienes.
  • Manifestaciones ciudadanas: se respeta el derecho a la protesta y la reunión pacífica, pero las estructuras utilizadas deben cumplir las condiciones técnicas y de protección del patrimonio.

Un aspecto clave es la retribución económica. El Protocolo establece que los fondos recaudados por el aprovechamiento del espacio se destinarán exclusivamente al mantenimiento, mejoramiento y sostenibilidad de la Plaza de Bolívar, asegurando que el uso ciudadano revierta en su propio beneficio.

Consulta el Protocolo de Uso y Aprovechamiento Económico de la Plaza de Bolívar aquí: Resolución 367 de 2025 Secretaría Distrital de Gobierno

Una gestión compartida

Tanto el Manual como el Protocolo enfatizan que la Plaza de Bolívar no es solo un escenario de uso público, sino también un patrimonio colectivo que requiere corresponsabilidad. Por ello, los instrumentos contemplan la creación de un Comité de Seguimiento, integrado por el IDPC, la Secretaría Distrital de Gobierno, la Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte, y la Alcaldía Local de La Candelaria. Este comité evalúa el impacto de las actividades y coordina acciones para garantizar la conservación.

Gracias a estos lineamientos, se asegura que la Plaza de Bolívar continúe siendo un lugar de encuentro democrático, cultural y turístico, sin poner en riesgo sus valores patrimoniales. Se trata de proteger el corazón de Bogotá y del país, mientras se mantiene abierto al disfrute de todos. De esta manera, el Manual de Uso y el Protocolo de Aprovechamiento son regulaciones que reconocen la importancia de preservar la memoria, la estética y la función simbólica de la Plaza de Bolívar, asegurando que siga siendo un patrimonio vivo para las próximas generaciones de colombianas y colombianos.