Una intervención integral que resignifica la historia urbana desde la conservación y el trabajo colectivo
La recuperación de la fachada de la Iglesia de Nuestra Señora de Las Nieves, en el corazón de la Carrera Séptima, es hoy un ejemplo de corresponsabilidad entre ciudadanía e instituciones. Este templo, con más de 400 años de historia, no solo es el segundo más antiguo de Bogotá: ha sido hito urbano, símbolo de memoria colectiva y núcleo del barrio que lleva su nombre.
La intervención fue liderada por el Instituto Distrital de Patrimonio Cultural – IDPC y articulada con la administración de la iglesia, encabezada por el padre Luis Alfonso Ciro Montoya. Desde el inicio, se definieron de manera conjunta los alcances y tiempos de ejecución. El principal criterio técnico fue atender la diversidad de materiales que componen las fachadas —piedra, ladrillo y zonas enlucidas—, y resaltar los elementos arquitectónicos que hacen de este templo un referente único en el eje de la Séptima. Además, se implementaron medidas orientadas a mitigar el deterioro futuro, especialmente el causado por factores antrópicos como grafitis, micciones y acumulación de residuos.
Las acciones incluyeron limpieza en seco, desinfección de superficies, eliminación de deterioro biológico, lavados especializados en piedra y ladrillo, limpieza de carpinterías, restitución de morteros de pañete, aplicación de esmalte y pintura vinílica, consolidación del material pétreo y aplicación de mortero de protección a base de cal en el zócalo. Todos los procedimientos respetaron la morfología y tonalidad originales, y fueron ejecutados por las cuadrillas del Equipo de Intervención en Fachadas y Espacio Público del IDPC, bajo supervisión técnica especializada.
El resultado es notorio: en la fachada sur, construida en ladrillo y piedra, ahora se destacan pilastras, arcos, dentados y cornisas. En la fachada principal, el trabajo permitió resaltar una rica composición ornamental con elementos simbólicos como rosetones, molduras vegetales, vanos en cruz latina y la figura metálica de Nuestra Señora de Las Nieves que corona el frontis. A pesar de su diversidad constructiva, las fachadas presentan una armonía visual que reafirma la unidad formal del templo.
“Estoy muy contento con el apoyo del IDPC, que ha estado embelleciendo la fachada del templo y la Calle 20. Esto en un trabajo articulado con la parroquia, que está pintando las torres para que quede todo nuevo, tratando de mejorar este entorno. Hemos dado pasos muy importantes, toca seguir mejorando la seguridad de la Carrera Séptima, la Calle 20, y motivar para que toda la ciudadanía se apropie de este espacio, siendo un lugar de convivencia, hermoso, saludable, que invita al recogimiento y al disfrute de su arquitectura”, expresó el padre Luis Alfonso Ciro Montoya.
Esta restauración no fue una acción aislada. Se inscribe dentro de una estrategia integral de recuperación del patrimonio sobre la Carrera Séptima y en el barrio Las Nieves, liderada por el IDPC y articulada con diversas entidades del Distrito. Como parte de esta estrategia, el 6 de junio se realizó una jornada de voluntariado que convocó a 45 personas inscritas a través de redes sociales y la página web del Instituto. Previo a la jornada, los voluntarios participaron en una charla de sensibilización liderada por el IDPC sobre el valor simbólico y arquitectónico de la iglesia y su entorno, como una forma de promover una participación informada y consciente.
Durante esta jornada se intervinieron diez fachadas entre las calles 19 y 21, se pintaron elementos del mobiliario urbano como postes y sillas, se limpiaron los módulos de ventas autorizados por el IPES y se enlució el monumento en honor a Francisco José de Caldas. Estas acciones se enmarcaron en la estrategia El Centro Vive de la Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte, y contaron con el apoyo del DADEP, el IPES y otras entidades distritales.
“Durante esta acción colectiva, además del trabajo que se viene realizando para recuperar la fachada de la Iglesia de Nuestra Señora de Las Nieves, se intervinieron 10 fachadas de bienes inmuebles ubicadas entre las calles 19 y 21 (trabajo realizado entre el IDPC y la Secretaría de Cultura Recreación y Deporte), se pintaron postes, sillas de madera, elementos que forman parte del ornato y se asearon los módulos de ventas autorizados por el Instituto para la Economía Social – IPES. También se efectuó la limpieza y posterior enlucimiento del monumento en honor a Francisco José de Caldas, ubicado en la plazoleta de Las Nieves. Este trabajo integrado tiene como objetivo aportar en la preservación y la sostenibilidad del patrimonio del centro histórico de Bogotá”, señaló Tatiana Moreno, coordinadora del Equipo de Fachadas del IDPC.
Para vecinos y visitantes, la recuperación del templo y su entorno es también una oportunidad para resignificar un espacio profundamente degradado por el uso inadecuado del espacio público.
“La Carrera Séptima no vive su mejor momento, pero el trabajo conjunto entre las distintas entidades del Distrito, y las labores que ha liderado el IDPC, de la mano de la ciudadanía y los diversos actores que confluyen en esta vía, son clave para llegar a un trabajo armónico que dignifique a esta importante arteria de la ciudad, ya que hay espacios que están muy degradados. Este debe ser un trabajo sostenido, que armonice todas las dinámicas y se llegue a un engrandecimiento de la Séptima”, afirmó Martha Torres, fundadora del grupo Séptima Peatonal.
También para los voluntarios, este proceso tuvo un valor simbólico y social.
“Esta labor para cuidar el patrimonio es bastante importante, no solo por lo que representa para el espacio físico, sino por su función para crear tejido social, que la comunidad se reúna y cuide lo que es suyo”, expresó Álvaro Manotas, estudiante de maestría en Historia del Arte. Ana Sofía Romero, otra de las voluntarias, agregó: “Esta jornada es importante para visibilizar los esfuerzos conjuntos de diferentes entidades. Es la suma de las instituciones, los voluntarios y de las personas que viven en este barrio, quienes queremos ver y mostrar de la mejor manera el espacio público, esforzándose por cuidarlo. Hay monumentos emblemáticos como la iglesia, pero también hay que poner los ojos sobre los otros elementos que a veces pasamos por alto, como las paredes, las rejas, los muros o los postes de luz”.
La intervención sobre la iglesia busca ser un catalizador de nuevas acciones en el entorno patrimonial del barrio. En el corto plazo, el Instituto planea la recuperación de aproximadamente 25 fachadas adicionales en el barrio Las Nieves, muchas de ellas afectadas por grafitis, residuos y uso indebido del espacio público. Como continuidad al trabajo articulado con la parroquia, el IDPC brindará acompañamiento en el proceso de recuperación del inmueble contiguo al templo, también de valor patrimonial.
A lo largo de 2025, el IDPC ejecutará la recuperación de 200 fachadas: 50 en ejes viales priorizados como la Carrera Séptima y la Avenida Jiménez, 100 en sectores del Centro Histórico —entre ellas el Palacio de San Francisco— y 50 en la localidad de Teusaquillo, donde se destaca la arquitectura en ladrillo.
La Iglesia de Las Nieves —testigo de terremotos, transformaciones urbanas y procesos comunitarios— sigue en pie como parte esencial del paisaje y la memoria de Bogotá. Su restauración no es solo una labor técnica sobre un bien inmueble: es también una invitación a mirar de otro modo la ciudad y a reconocer que el patrimonio se construye y se cuida colectivamente. Como lo señala Diego Parra Cortés, director del IDPC:
“El patrimonio cultural de Bogotá no se conserva únicamente con técnicas especializadas, sino con alianzas sostenidas entre el sector público, el privado y las comunidades. Se necesita participación ciudadana, corresponsabilidad y decisiones que reconozcan su valor en la vida cotidiana de la ciudad y fomenten su correcta apropiación y cuidado”.
La articulación con actores diversos —como en este caso con la parroquia— no solo amplía el alcance de las intervenciones, sino que permite garantizar su sostenibilidad en el tiempo y activar procesos reales de apropiación y cuidado. Cada acción sobre el patrimonio, cuando se construye desde el encuentro entre saberes, instituciones y ciudadanía, es una oportunidad para fortalecer el vínculo con lo que nos ha traído hasta aquí y proyectar, desde el presente, formas más conscientes de habitar y preservar lo que somos.
