Instituto Distrital de Patrimonio Cultural

Bogotá leyó su patrimonio: más de 1.000 personas celebraron la XIII Feria del Libro del IDPC en el Centro Felicidad Chapinero

Bogotá leyó su patrimonio: más de 1.000 personas celebraron la XIII Feria del Libro del IDPC en el Centro Felicidad Chapinero

Bogotá leyó su patrimonio: más de 1.000 personas celebraron la XIII Feria del Libro del IDPC en el Centro Felicidad Chapinero

Bogotá leyó su patrimonio: más de 1.000 personas celebraron la XIII Feria del Libro del IDPC en el Centro Felicidad Chapinero

diciembre 12, 2025

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Entre el 2 y el 6 de diciembre, más de 1.000 bogotanos, bogotanas y visitantes de diferentes regiones del país llenaron de voces, pasos y lecturas la XIII Feria del Libro del Instituto Distrital de Patrimonio Cultural – IDPC, una edición memorable que, por primera vez, salió del Centro Histórico para instalarse en un escenario nuevo: el piso 11 del Centro de Felicidad Chapinero. Desde esta terraza, que se abre como un mirador hacia los cerros, la ciudad se convirtió en libro, en imagen, en memoria compartida. Fue una feria para todas las generaciones y para todas las formas de mirar a Bogotá: itinerarios que se expandieron como territorios superpuestos, relatos que trazaron líneas imaginarias a través de barrios, épocas y geografías afectivas. Cada asistente encontró un rincón de la ciudad en las páginas, en las conversaciones y en los talleres que llenaron cinco días de patrimonio vivo.

“La Feria del Libro del Instituto Distrital de Patrimonio Cultural fue una oportunidad más para promover esos valores del patrimonio cultural que están implícitos en los libros, en las letras, en las imágenes y en los sentimientos que plasma cada una de estas publicaciones”, explicó Diego Parra, director del IDPC. “Se reafirma el compromiso por descentralizar la cultura, llevar estos espacios a diferentes localidades, a diferentes barrios para aproximar el patrimonio a la ciudadanía”.

Ese espíritu de descentralización y apertura motivó el traslado de la feria al Centro Felicidad Chapinero, un espacio inaugurado en 2024 y concebido para ampliar la infraestructura cultural de la ciudad. Diseñado por el arquitecto Manuel Alejandro Rogelis Terán, este centro reúne arte, cultura, deporte y recreación, y su terraza del piso 11 se convirtió en una casa abierta para la literatura, con dos espacios vibrantes: uno para los lanzamientos y otro para la exhibición y venta de las publicaciones del Sello Editorial IDPC. Tradicionalmente, la feria se había realizado en La Candelaria, en la casa del Instituto, el Museo de Bogotá o el Centro de Documentación. Pero el crecimiento del evento pedía un escenario más amplio, más alto, más abierto a nuevas rutas de acceso y nuevos públicos.

Este año se presentaron tres novedades profundamente celebradas por el público: Dibujatón. Bogotá ilustrada por sus habitantes, una agenda para 2026 llena de trazos ciudadanos; Bogotá Encubierta. Cartofonías 1957-2025, un viaje a través de carátulas de discos que retratan la ciudad desde sus sonidos; y Hermi Friedmann, un homenaje a la fotógrafa austríaca que registró Bogotá y Colombia entre las décadas de 1930 y 1950. Luis Alfredo Barón Leal, historiador del IDPC, destacó que “Bogotá Encubierta es un libro sobre carátulas de discos con fotografías de Bogotá; Hermi Friedmann reconoce el legado de una fotógrafa que no había recibido la atención que merece; y Dibujatón recoge los dibujos del programa más querido del Instituto. Estos tres libros celebran, de alguna forma, el patrimonio cultural de Bogotá”.

Además, se presentó la reedición de Oriéntate. Los cerros son nuestro norte, completamente renovado en diseño, contenidos y enfoque, conectando patrimonio natural y cultural. Y, respondiendo a la solicitud de lectores y librerías, se reimprimieron cuatro títulos ya clásicos del Sello Editorial: La trama de Kinzha, La Bogotá de los muertos, Alberto Manrique Martín y el Bogotálogo.

Uno de los momentos más emotivos fue el lanzamiento del libro Hermi Friedmann, un trabajo que reconstruye la vida y obra de la fotógrafa austriaca que caminó Bogotá con una sensibilidad única. Su sobrina, Susana Friedmann, coautora del libro, compartió:

“Yo siento que fue un privilegio poder hacer la Feria del Libro del IDPC en el Centro de Felicidad. Es un sitio tan céntrico, tan espectacular, tan acogedor. El libro es extraordinario… Yo no tenía las expectativas de algo tan hermoso, tan bien diseñado, tan rico y enriquecedor. Esto no es una memoria: es una mirada con varias perspectivas que enaltecen la labor de mi tía Hermi. Realmente estoy muy agradecida con el IDPC”.

Sobre la recepción del público que asistió a la conversación añadió:

 “La gente disfrutó de unas conversaciones bastante interesantes … y creo que estaba fascinada. Además, ustedes tienen la tecnología al pie de la piel. Los felicito”.

El lanzamiento de Bogotá Encubierta abrió un diálogo sobre las múltiples formas de leer la ciudad. Renata Rincón, moderadora del evento, evocó las historias que quisiera ver en futuros libros del IDPC: “Me gustaría leer sobre las panaderías tradicionales del centro: La Florida, San Isidro, El Cometa… Son lugares que tienen casi 80 años y guardan tantas memorias afectivas”. Y Andrés Ospina, autor del Bogotálogo, compartió un comentario que emocionó al público:

“Uno de los libros que ha cambiado mi forma de habitar Bogotá es Bogotá Encubierta. Leer la ciudad a través de sus cartofonías, de aquello que se documenta en los sonidos, es maravilloso”.

Entre las actividades más celebradas estuvo el taller Bogoráculo, una lectura participativa del Bogotálogo dirigida por Andrés Ospina. Con humor, memoria y agudeza, el autor convirtió el libro en un oráculo capaz de responder las preguntas del público, que participó con entusiasmo. Cada palabra bogotana reveló no solo un significado, sino una historia que parecía surgir de la propia ciudad.

También fue inolvidable el espacio de ilustración durante el lanzamiento de Dibujatón. Bogotá ilustrada por sus habitantes. Desde la terraza del piso 11, los participantes dibujaron la ciudad: los cerros, las torres del norte, las avenidas, calles y carreras de la ciudad. Fue un acto colectivo de observación y afecto, un pequeño taller al aire libre donde Bogotá se convirtió en trazo.

Hacia el cierre, otra voz se unió a esta polifonía de memorias: la de Felipe Grismaldo, librero y habitante de La Candelaria, quien afirmó: “Me gustaría que apareciera un nuevo libro sobre La Candelaria. Tiene tantísimas historias que quienes la habitamos siempre encontramos una nueva. A veces damos por sentada su historia, y resulta que no siempre está escrita. A mí me encantaría ver un nuevo libro sobre la Candelaria, por más que haya muchos”.

La XIII Feria del Libro del IDPC fue, ante todo, un gesto de amor por la ciudad. Una manera de recorrer Bogotá a través de sus relatos, sus imágenes, sus silencios y su memoria compartida. Un encuentro que confirmó que el patrimonio no es solo lo que se conserva: es lo que se lee, lo que se cuenta, lo que se recuerda. Desde la terraza del Centro Felicidad Chapinero, Bogotá se dejó mirar, escuchar y narrar. Y, entre libros, talleres y conversaciones, 1.000 asistentes reafirmaron que la cultura es un territorio vivo que se expande cuando se comparte.