En Bogotá, el racionamiento de agua es cada vez más estricto debido a las condiciones climáticas y la escasez hídrica que enfrenta la región. Esta situación afecta tanto a la ciudadanía como a las instituciones públicas que deben adaptar sus operaciones para mantener la eficiencia en su trabajo mientras se ajustan a las limitaciones de suministro.
El Instituto Distrital de Patrimonio Cultural – IDPC, encargado de la protección y preservación de los monumentos y espacios patrimoniales de la ciudad, ha implementado medidas para continuar con sus labores en este contexto. Para que las brigadas de Atención a Monumentos e Intervención al Patrimonio puedan seguir operando, se ha establecido un sistema de recolección de agua lluvia que se almacena en un tanque de mil litros, ubicado en Casa Cadel, una de las sedes del IDPC, del que se abastecen las actividades semanales de las brigadas.
“El IDPC tiene la tarea de cuidar el patrimonio cultural de la ciudad de manera permanente. Muchos de los bienes que están en el espacio público y cuentan con valores históricos, estéticos y simbólicos se ven afectados por múltiples factores que ponen en riesgo su estabilidad, y permanencia, por lo que si no se intervienen de manera constante, los deterioros pueden aumentar de tal forma que recuperarlos sea muy difícil, o nos arriesgamos a pérdidas irrecuperables”, comenta María Claudia Vargas, subdirectora de Protección e Intervención del Patrimonio del IDPC, explicando que “debemos continuar con las tareas de cuidado, buscando las alternativas pertinentes ante la escasez de agua por la que pasa la ciudad. Hemos priorizado las actividades de conservación en seco cuando es posible, pero hay actividades en las que es inevitable usar el agua para evitar mayores daños. Otra apuesta importante es la de la sensibilización alrededor de la protección del patrimonio, pues lamentablemente una causa importante de daños en los bienes patrimoniales viene de las acciones humanas”.
Por ejemplo, con la recolección de agua y su uso eficiente mediante la implementación de hidrolavadoras, se usaron entre 300 y 400 litros del líquido en la intervención del pedestal del monumento a Luis Carlos Galán ubicado en la plazoleta del Concejo de Bogotá, lo que equivale a 200 botellas de 1.5 litros aproximadamente.
Con la estrategia de recolección de agua lluvia en cinco semanas se ha logrado un ahorro de 6 124 litros, cantidad que se aproxima a la que gasta una familia bogotana de cuatro personas en un mes. De esta forma, los equipos pueden continuar su trabajo sin interrumpir las labores de limpieza y mantenimiento, pero sobre todo sin desperdiciar el agua.
Estas iniciativas no solo permiten que el IDPC continúe con su misión durante el racionamiento de agua, sino que también demuestran un compromiso con la sostenibilidad y el uso responsable de los recursos naturales. A través de estrategias innovadoras, el IDPC garantiza que el patrimonio cultural de Bogotá sea preservado, incluso en tiempos de crisis hídrica, mostrando que la adaptación es clave para enfrentar los retos medioambientales actuales.
Más acciones del IDPC en el racionamiento de agua
El IDPC ha implementado el Programa de ahorro y uso eficiente del agua, además de tener aparatos de bajo consumo como sistemas sanitarios de push, por detección de infrarrojo y reductores de caudal para grifos, implementados en un 95% de las sedes. Igualmente, en el Museo de Bogotá, y de la Ciudad Autoconstruida, se reutiliza el agua de los deshumificadores para actividades de aseo.
Adicionalmente, se realiza teletrabajo lo cual permite que haya menos consumo de agua en las instalaciones. Además se realizan sensibilizaciones constantes en materia de uso eficiente de agua.