
Caminar, escuchar, cuidar: Bogotá como patrimonio vivo en BOG25
Una mañana cualquiera, frente a la Plaza Cultural La Santamaría, la ciudad se revela en el color rojo de sus ladrillos. Miles de transeúntes la bordean sin detenerse, atrapados en rutinas que hacen invisible lo monumental. Sin embargo, allí, entre andamios y manos técnicas, se ejecuta una operación precisa: limpiar, desinfectar, consolidar. En apariencia, es solo una fachada. En el fondo, es una invitación a mirar la ciudad como un ensayo sobre la felicidad: ¿qué significa habitar un lugar que se preserva, que insiste en mantenerse pese a los deterioros del tiempo?




