Con una jornada de encuentro que contará con distintas actividades para conmemorar el estallido social, se inaugurará el viernes 30 de septiembre, a las 4:00 pm, la actualización de la sala «Alza la voz» del Museo de Bogotá.
Bogotá, 14 de septiembre de 2022. Reconocer el derecho a la protesta como parte del derecho a la ciudad es también un llamado ciudadano, una exigencia para fijar la atención en la legitimidad del reclamo social y el descontento colectivo. A este llamado busca atender el Museo de Bogotá al convertirse en escenario de distintas actividades lideradas por jóvenes que, mediante expresiones artísticas, culturales, de cuidado y de solidaridad, levantaron su voz para exigir un país construido sobre la base de relaciones justas.
Con el fin de visibilizar esta memoria, distintos colectivos han venido desarrollando una intervención museográfica que recoge hitos de la protesta en la ciudad y que da cuenta de diversas facetas del estallido social. La inauguración de esta intervención, con la que se actualizan los contenidos de la sala «Alza la voz», tendrá lugar el viernes 30 de septiembre, con la jornada «30:S ¡El paro no para, el paro se organiza!», que incluye, entre otras actividades, una olla comunitaria, espacios de graffiti, música y una estampatón con los mensajes emblemáticos de la movilización (¡traigan sus camisetas y pañoletas!), que evocan la protesta ciudadana como espacio de encuentro.
De acuerdo con Luis Carlos Manjarrés, gerente del Museo de Bogotá, «la actualización de la sala «Alza la voz» con los testimonios del reciente estallido social es una oportunidad de fortalecer el rol del Museo como espacio para el debate y encuentro; reflexionar sobre el derecho a la protesta implica generar un diálogo que no necesariamente debe llegar a un consenso pero nos da una oportunidad pedagógica para hablar sobre el rol de la ciudadanía en la garantía del derecho a la ciudad de todos y todas».
Esta activación es el resultado de un proceso de varios meses de diálogo, que parte desde las mesas de garantías, organizadas por la Secretaría de Gobierno. Desde allí, el Museo de Bogotá ha dispuesto sus espacios para la práctica artística de integrantes de algunos de los colectivos que participaron en las protestas. Entre los resultados de estas prácticas se encuentran murales sobre los distintos sentidos de la protesta, memorias audiovisuales con las voces de los y las protagonistas, así como objetos emblemáticos que evocan la cotidianidad y el entorno de solidaridad que se vivía al interior de los puntos de resistencia: «fue la movilización social la que nos reunió […]: el miedo que todos sentimos, pero también los buenos lazos que se unieron», afirma ‘Anderson’, uno de los artistas que ha intervenido los espacios del Museo.
Para ‘Sagara’, otro de los artistas que hace parte de la intervención museográfica, «Lo que siempre se ha exigido es que, en estos espacios [los museos] que son públicos y son para el pueblo, también se haga memoria de lo que se vive día a día… o sea, un museo no puede ser vacío, un museo también debe ser crítico, y debe formular preguntas a la comunidad de eso que se vive día a día».
El Museo de Bogotá invita entonces a toda la ciudadanía de Bogotá a que se sume a una jornada de conmemoración y reconocimiento, y a una muestra museográfica que, al poner la mirada en el potencial creativo y cultural de la protesta, busca desestigmatizar las manifestaciones de descontento ciudadano y poner a circular las voces de quienes de manera artística y pacífica se han expresado en el espacio público. Tanto el encuentro como la inauguración de la exposición se enmarcan en el Mes del Patrimonio – Historias Latentes, escenario en el que el Museo participa con la idea de «imaginar futuros posibles».