Instituto Distrital de Patrimonio Cultural

Nombrar, reconocer y contar la esencia de las Plazas de Mercado de Bogotá

Reflexiones sobre el lanzamiento de la Agenda Plazas de mercado en Bogotá. Patrimonio vivo en FilBo 2025

Nombrar, reconocer y contar la esencia de las Plazas de Mercado de Bogotá

Nombrar, reconocer y contar la esencia de las Plazas de Mercado de Bogotá

mayo 27, 2025

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Reflexiones sobre el lanzamiento de la Agenda Plazas de mercado en Bogotá. Patrimonio vivo en FilBo 2025

“…reconocer qué son los campesinos, qué son los vivanderos y las marchantas, cuando se desconocen las palabras, se desconocen los orígenes.”

Gloria González, consejera patrimonial

Las plazas de mercado son escenarios de memoria, lenguajes, intercambios y afectos. Tras su presentación en la FILBo, la Agenda 2025 Plazas de mercado en Bogotá. Patrimonio vivo sigue recorriendo las plazas como un dispositivo vivo de memoria y activación comunitaria. Una publicación que reúne apuestas editoriales y de activación del patrimonio inmaterial de estos espacios vitales para la ciudad.

La presentación fue un espacio de diálogo entre voces institucionales y comunitarias que coincidieron en una idea profunda: no se puede proteger lo que no se nombra. Y en las plazas, como lo recordó la consejera patrimonial Gloria González, habitan palabras y oficios que son clave para comprender quiénes somos como ciudad. 

Las voces aquí citadas fueron compartidas durante el conversatorio de presentación de la Agenda y en entrevistas para los micrófonos de LEO Radio, en el pabellón de la Alcaldía Mayor de Bogotá durante la feria.

Eduardo Mazuera, director del IDPC, destacó que las plazas de mercado son “territorios vivos donde convergen el campo y la ciudad, donde lo rural sostiene lo urbano”. En ellas se encuentran las memorias del comercio popular, los sistemas tradicionales de abastecimiento y los vínculos con los ecosistemas que rodean Bogotá.

Desde la perspectiva del patrimonio cultural inmaterial, Enrique Rincón, líder del proceso de inventario de las plazas, explicó que “este es un trabajo de escucha, de reconocimiento colectivo, de devolverle a los vivanderos y vivanderas el derecho a narrar sus propias formas de vida y organización”. El inventario, actualmente en curso, se construye con base en metodologías participativas y reconoce saberes como el de la venta de alimentos, la producción campesina, la cocina tradicional y las prácticas de asociatividad de los vivanderos y marchantas.

Por su parte, Gloria González, consejera patrimonial, aportó una mirada potente sobre el valor cultural y educativo de las plazas de mercado: “las mejores clases de ciencias naturales, historia y geografía… ¡ve a una plaza de mercado!. Es el mejor ejercicio para los capitalinos… tiene que ver con nuestro origen campesino y nuestro origen de país. Y la plaza de mercado es la lectura del país”.

Desde su experiencia en procesos de creación artística, enfatizó que las plazas son también espacios donde se resignifican memorias, se reconocen identidades y se reivindican los derechos de quienes las habitan: “…lo primero es reconocer las palabras: reconocer qué son los campesinos, qué son los vivanderos y las marchantas. Cuando se desconocen las palabras, se desconocen los orígenes”, agregó.

La Agenda 2025 del IDPC no es solo un calendario. Es un dispositivo editorial que acompaña el proceso de inventario de patrimonio cultural inmaterial en las plazas distritales de mercado. A través de sus páginas revelan las relaciones de vecindad, la diversidad de oficios, la gastronomía popular y los vínculos simbólicos que configuran estos espacios como patrimonio vivo de Bogotá. Como lo señaló Gloria González, “no se trata del inventario por el inventario”, sino de reconocer a las personas que hacen posible la vida en las plazas, sus saberes, trayectorias y formas de expresión.

En esta publicación se recogen precisamente esas reflexiones de la esencia y vida de las plazas: las del campesinado, las vivanderas, vecindades, las cocineras, los comerciantes de hierbas, frutas y granos. A través de relatos, imágenes y textos como ¡Buena papa en Bogotá!, incluido en la Agenda, este texto invita a mirar más allá del producto y a reconocer los vínculos sociales, culturales y territoriales que lo hacen posible. Porque cada alimento que llega a nuestra mesa es también un testimonio del patrimonio vivo que habita en las plazas distritales de mercado.

🥔 En Bogotá no falta la papa: en el ajiaco, en el caldo, en el almuerzo de todos los días.

Pero detrás de cada papa hay una historia que empieza lejos de la ciudad, entre el frío y la neblina de Sumapaz, Usme y Ciudad Bolívar. Allí, mujeres como Katherine cultivan, cargan y recorren horas de camino para que no falte en la plaza… ni en tu plato.

En las plazas de mercado, ese recorrido se encuentra con los saberes de quienes venden, compran, cocinan y alimentan la ciudad. El conocimiento campesino sigue vivo. La papa no solo se come, también se conversa, se negocia y se honra.

📖 Descubre estas historias en la Agenda Plazas de Mercado. Patrimonio vivo.

Nombrar es cuidar. Reconocer es dignificar. Y contar las historias de quienes habitan las plazas de mercado es un ejercicio político y cultural para fortalecer el patrimonio vivo de Bogotá.