Instituto Distrital de Patrimonio Cultural

Lo que guardan los objetos: memoria, cuidado y conflicto en el San Juan de Dios

Lo que guardan los objetos: memoria, cuidado y conflicto en el San Juan de Dios

Lo que guardan los objetos: memoria, cuidado y conflicto en el San Juan de Dios

Lo que guardan los objetos: memoria, cuidado y conflicto en el San Juan de Dios

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En el Hospital San Juan de Dios, el patrimonio no se limita a lo monumental ni se agota en muros, pasillos o fachadas centenarias. También habita en los objetos que durante décadas ocuparon los márgenes del reconocimiento: una silla, un reclinatorio, una maleta, una mesa de comedor. Piezas que parecían menores o prescindibles, pero que fueron testigos persistentes de las dinámicas de trabajo, de fe y de cuidado que dieron sentido a este lugar.

Por mucho tiempo, estos bienes muebles fueron ignorados por las lógicas patrimoniales más centradas en lo arquitectónico o lo monumental. Sin embargo, su valor no radica solo en su antigüedad o en su materialidad, sino en la memoria que resguardan: la de pacientes, médicos, monjas, vecinos y trabajadores que vivieron el hospital como un espacio vital y conflictivo, no siempre digno ni equitativo, pero profundamente humano.

Desde el Instituto Distrital de Patrimonio Cultural – IDPC, como Ente Gestor Transitorio y entidad responsable de implementar el Plan Especial de Manejo y Protección – PEMP del Hospital San Juan de Dios, se reconoce que la protección del conjunto no puede escindirse del cuidado de estos objetos. Reivindicar su valor es también corregir una omisión histórica: entender que el patrimonio no es solo lo que sobresale, sino lo que ha acompañado —en silencio— la vida común. Porque lo patrimonial también se construye desde lo que ha sido subestimado.

La gestión de protección de estos bienes plantea la necesidad de un enfoque integral del patrimonio, en el que lo material y lo inmaterial no se traten como esferas separadas, sino como expresiones entrelazadas de una misma historia social. Cada mueble, cada objeto, remite no solo a un uso funcional, sino a formas de hacer, cuidar, resistir y significar. No se conserva por inercia ni como un simple ejercicio de inventario: se conserva para contar, para reconocer lo que durante mucho tiempo fue invisible, y para confrontar los vacíos que deja la historia oficial.

En contextos como el del Hospital San Juan de Dios, donde el cuidado ha estado atravesado por tensiones estructurales, precariedades institucionales y memorias silenciadas, la conservación patrimonial exige más que técnicas especializadas: requiere una ética del reconocimiento y una voluntad de reparación simbólica. Significa entender que estos objetos, lejos de ser restos pasivos, son huellas activas de las vidas que transitaron este lugar, muchas veces en condiciones de abandono o desigualdad.

Por eso, hablar de preservación no puede desligarse de hablar de justicia patrimonial. Porque si algo nos enseñan estos bienes no es solo a mirar el pasado con reverencia, sino a interrogar el presente con responsabilidad. Y sobre todo, a preguntarnos quién tiene hoy el derecho —y el deber— de contar estas historias, y qué haremos colectivamente para que no vuelvan a quedar al margen.

Cinco elementos clave de la colección patrimonial del Hospital San Juan de Dios

1. La maleta con objetos religiosos

Un pequeño y significativo objeto que acompañó a los sacerdotes y monjas en su servicio al hospital, trayendo consigo esperanza y fe. Un símbolo de consuelo para pacientes y familiares en tiempos de necesidad espiritual.

2. El reclinatorio de la iglesia

Este objeto refleja la conexión entre lo sagrado y lo cotidiano dentro del hospital. Fue un espacio donde el alma encontraba descanso, y donde la oración se convertía en un acto cotidiano de acompañamiento y sanación.

3. La mesa con luz para leer radiografías

Aunque pueda parecer un objeto funcional, esta mesa nos habla de la evolución del cuidado de la salud y la tecnología aplicada a la medicina. Es parte fundamental de la historia del hospital, permitiendo que médicos y enfermeras pudieran diagnosticar y tratar enfermedades de manera más eficaz.

Nevera encontrada en el San Juan de Dios

4. La nevera

Un objeto aparentemente simple pero cargado de significado. Su variedad de usos, desde conservar alimentos hasta almacenar medicamentos, refleja la adaptabilidad y los recursos utilizados por los trabajadores y pacientes en un hospital que siempre buscó optimizar sus recursos en favor del bienestar común.

5. El televisor

Este aparato fue más que solo entretenimiento; fue una herramienta de conexión social. En las salas de descanso del hospital, el televisor ofrecía un respiro de la rutina diaria y un puente hacia el mundo exterior, generando momentos de distracción y colectividad.

Los bienes muebles del Hospital San Juan de Dios no son solo objetos: son parte del alma del lugar. Y como todo lo que tiene alma, merecen cuidado, respeto y visibilidad. Son huellas materiales de una historia colectiva que no puede contarse solo desde los muros. Descubre más sobre estos y otros objetos que conforman esta memoria viva en el especial completo de bienes muebles del Hospital San Juan de Dios.

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