Instituto Distrital de Patrimonio Cultural

Historia

En 1980, bajo la administración de Hernando Durán Dussán como alcalde de Bogotá, se creó la Corporación Barrio La Candelaria mediante el Acuerdo No. 10. Su propósito principal fue revitalizar el sector histórico de la ciudad, consolidando su valor cultural y arquitectónico. Durante su funcionamiento, la Corporación lideró destacados proyectos de restauración y conservación que dejaron una huella significativa en el patrimonio de Bogotá.

Entre sus logros se destacan la recuperación del Camarín del Carmen y la Casa de Poesía Silva, última morada del poeta José Asunción Silva. También emprendió la restauración de edificaciones coloniales emblemáticas como la Casa de la Independencia y la Casa de los Comuneros, además de cooperar en la revitalización de importantes espacios culturales como el Teatro La Candelaria, el Teatro Libre de Bogotá y el Teatro Popular de Bogotá, entre otros.

Sin embargo, la labor de la Corporación no se limitó al ámbito arquitectónico. Su enfoque incluyó la participación activa de las comunidades locales mediante actividades culturales y artísticas, como el evento Navidarte en 1986, fortaleciendo el vínculo entre la ciudadanía y su patrimonio.

En 2006, la Corporación Barrio La Candelaria se transformó en el Instituto Distrital de Patrimonio Cultural – IDPC, mediante el Artículo 92 del Acuerdo 257 del 30 de noviembre. Con esta transición, el IDPC amplió su misión hacia la gestión integral del patrimonio material e inmaterial de toda Bogotá.

Actualmente, el IDPC lidera procesos y estrategias para la protección, intervención, divulgación, activación social y salvaguardia de los patrimonios culturales, trabajando desde un enfoque territorial y poblacional-diferencial. Sus iniciativas fomentan la participación, el diálogo y la articulación social e interinstitucional, promoviendo el reconocimiento y cuidado colectivo del patrimonio.

El IDPC también apuesta por una visión dinámica del patrimonio, apostándole a la incidencia en el ordenamiento territorial y en las transformaciones sociales y culturales. Este enfoque busca integrar el patrimonio cultural en la vida cotidiana de Bogotá, reconociéndolo como un elemento clave para el bienestar y las formas de habitar la ciudad, asegurando que su legado enriquezca a las generaciones presentes y futuras.