El Instituto Distrital de Patrimonio Cultural – IDPC socializó el primer avance del Estudio de Valoración Patrimonial de Niza Sur a las y los residentes de este barrio del norte de la ciudad. La socialización tuvo como objetivo compartir el proceso de valoración que se ha venido desarrollando en este sector y a partir del diálogo con la comunidad, reconocer y valorar elementos simbólicos que definen la identidad del barrio.
El valor que Niza Sur tiene para Bogotá está representado en la calidad arquitectónica de las viviendas producidas en serie y en los valores urbanísticos a partir de la configuración de un espacio público con corredores arbóreos, parques y una relación estrecha con el Humedal Córdoba, siguiendo postulados de la modernidad como la Ciudad Jardín. Además, este lugar se resalta como un escenario para manifestaciones de carácter cultural que aluden a las múltiples identificaciones, sentidos y apropiaciones que los habitantes de este territorio tienen respecto a su propia historia y sus vínculos con la memoria.
“En el Instituto Distrital de Patrimonio Cultural tenemos toda una línea de trabajo relacionada con la intervención de Bienes de Interés Cultural o de sectores e inmuebles cercanos a Bienes de Interés Cultural, para procurar la protección y conservación de ese patrimonio. Además del componente urbanístico, que por supuesto tiene unos valores de trazado de las vías, del espacio público, de los parques, de toda esa infraestructura que compone al sector, está la arquitectura, está la vivienda en serie que caracteriza, además, este sector y que se ha mantenido a lo largo del tiempo, a pesar de procesos de transformación difíciles, a pesar de diferentes situaciones adversas que conocemos bien, pero se mantiene”, destacó Eduardo Mazuera, director del IDPC, señalando que “por encima de toda esa materialidad que está en la forma de la arquitectura y la ciudad, están las personas, que son lo más importante, porque con su memoria, con sus vínculos con este sector, con los lazos emocionales y ese tejido social que se crea entre una comunidad de vecinos, se fortalece la apropiación que se tiene hacia un lugar y hacia un espacio”.
Y es que como cuenta Claudio Ochoa, residente de la etapa II “lo más chévere fue ver cómo los niños, en esa época, cuando llegamos nosotros, más o menos hacia 1990, eran muchos. Ahora han desaparecido. Los parques eran más frecuentados; también hay que promover que la gente acuda más a los parques. Actualmente, se ve mucho perro porque vienen de otros barrios a pasearlos”.
Este sector, planteado originalmente en varias etapas, inició su desarrollo en los años 60. Se destaca por sus antejardines amplios, zonas verdes, calles anchas y los cinco diseños de vivienda producidas en serie, construidas por las firmas de arquitectos de Drews y Gómez, A.R.K, Camacho y Guerrero y Pedro Fernández.
La memoria colectiva, los vínculos con el sector, los lazos emocionales y el tejido social construido por una comunidad de vecinos, son elementos clave para fortalecer la apropiación hacia un lugar y su espacio. Por esto, el IDPC llevó a cabo este diálogo, una primera aproximación que aportará a este estudio patrimonial.
“Yo viví en Niza desde que se fundó, luego me fui un tiempo, y cuando volví lo ví muy cambiado, porque ya no es el barrio residencial de antes. Pero sí quisiera que se pudiera evaluar el estado de los árboles, siendo bióloga, defensora de la naturaleza y el medio ambiente, sí solicito revisar los árboles de 70 metros que están en peligro de caerse sobre alguna casa”, comentó Martha Ardila, residente de la etapa 2, apreciación que se enmarca dentro de algunas otras preocupaciones de las y los habitantes del sector.
Como a Martha, durante la socialización se pudo escuchar a la comunidad asistente con sus aportes y reflexiones que giraron en torno a preguntas como ¿qué elementos consideran que podrían sumarse al estudio? ¿Hay aspectos desaprovechados que podrían fortalecer aún más esta valoración patrimonial?.