Instituto Distrital de Patrimonio Cultural

Ciudad, patrimonio y naturaleza urbana van de la mano en Bogotá

Ciudad, patrimonio y naturaleza urbana van de la mano en Bogotá

Ciudad, patrimonio y naturaleza urbana van de la mano en Bogotá

Ciudad, patrimonio y naturaleza urbana van de la mano en Bogotá

octubre 30, 2025

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En el marco de la celebración mundial del Día de las Ciudades, promovida por ONU-Hábitat, cuyo lema este año es “Ciudades inteligentes centradas en las personas”, de la que Bogotá es sede, vale la pena destacar que la ciudad avanza en una colaboración inédita entre dos sectores que, desde ámbitos distintos, han decidido unir esfuerzos: el ambiental y el cultural. La Secretaría Distrital de Ambiente – SDA y el Instituto Distrital de Patrimonio Cultural – IDPC trabajan conjuntamente para fortalecer la Estrategia de Renovación Urbana Verde – ERUV, integrando el valor del patrimonio natural en los procesos de renaturalización y reverdecimiento urbano que se desarrollan en la ciudad.

Con el propósito de establecer una mayor armonía entre urbanismo y naturaleza, así como mejorar la funcionalidad ecológica del espacio urbano, la ERUV busca renaturalizar zonas urbanas construidas o artificiales de baja calidad ambiental,  aumentando las áreas verdes con diseños que gestionen eficientemente las aguas pluviales, Ello, a través de soluciones basadas en la naturaleza para hacer de Bogotá una ciudad más resiliente al cambio climático. Liderada por la Secretaría de Ambiente, la estrategia impulsa el incremento y mejoramiento de espacios urbanos verdes y azules, con coberturas vegetales biodiversas, que generen conectividad ecológica y redunden en una mayor y equitativa provisión de servicios ecosistémicos.

El aporte del sector cultura introduce una mirada patrimonial a esta apuesta ambiental. Desde la visión del IDPC, el patrimonio natural hace parte de la estructura integradora de patrimonios, junto con los patrimonios material, inmaterial, arqueológico y paleontológico. Esta visión reconoce que los elementos naturales —como humedales, cerros, quebradas, parques o árboles emblemáticos— son también componentes de la identidad de la ciudad, cargados de historia, memoria y valor simbólico para las comunidades.

Incorporar esta perspectiva permitirá que los proyectos de la ERUV no se limiten a la restauración física del entorno, sino que además promuevan la apropiación social y el reconocimiento cultural del paisaje. Parques y zonas verdes podrán ser entendidos como espacios de memoria y pertenencia, no solo como infraestructuras ambientales. 

El IDPC ha venido aplicando este enfoque en distintos proyectos. En los sectores de interés urbanístico patrimonial, como el Centro Histórico (La Candelaria), Teusaquillo y los centros fundacionales de Suba, Usme, Fontibón, Engativá y Usaquén, se han articulado las dimensiones ambiental y social para fortalecer las identidades locales. En la ruralidad en Sumapaz, el Instituto ha acompañado procesos comunitarios de reconocimiento del territorio y sus prácticas de cuidado como parte del patrimonio natural. Estas experiencias demuestran que la gestión patrimonial puede contribuir a la sostenibilidad y a la consolidación de vínculos entre las comunidades y su entorno.

La coordinación técnica con la SDA permitirá que la ERUV incorpore metodologías participativas que identifiquen los elementos naturales con valor patrimonial o simbólico. De esta manera, los proyectos de renaturalización y reverdecimiento podrán complementarse con acciones culturales como señalización interpretativa, recorridos pedagógicos o actividades de apropiación ciudadana, fortaleciendo el sentido de pertenencia hacia los espacios naturales recuperados.

Además, esta colaboración interinstitucional busca establecer canales estables de trabajo entre los sectores de ambiente y cultura. El propósito es que los criterios patrimoniales se integren desde la planeación de las intervenciones, aportando lecturas históricas, sociales y simbólicas que complementen los diagnósticos ecológicos. Así, las obras no solo mejorarán la conectividad ambiental, sino también la conexión emocional y cultural de la ciudadanía con su entorno.

Más que una articulación técnica, esta alianza representa una forma de entender la ciudad desde una mirada integral, como lo explica Diego Parra, director del IDPC, señalando que

“reverdecer y renaturalizar con sentido patrimonial implica reconocer que los espacios verdes y azules urbanos no son ajenos a la historia de Bogotá, sino parte esencial de su identidad y de su futuro”. 

Parra destaca que “en un contexto global que impulsa ciudades sostenibles y humanas, esta  sinergia entre naturaleza urbana y cultura cobra especial relevancia por tanto, la  colaboración entre la SDA y el IDPC es una simbiosis inteligente que avanza hacia una gestión urbana que combina sostenibilidad ambiental, memoria y bienestar colectivo”.

Con la Estrategia de Renovación Urbana Verde y la incorporación del patrimonio natural, Bogotá reafirma su compromiso con un modelo de ciudad que cuida su entorno, valora su historia y proyecta su desarrollo de forma consciente y resiliente.