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Fiesta Bogotá, cuatro capítulos para conocer la ciudad

Personas felices fiesta bogota

Fiesta Bogotá, cuatro capítulos para conocer la ciudad

Fiesta Bogotá, cuatro capítulos para conocer la ciudad

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Foto: SCRD

Bogotá es una ciudad que abraza a todos y todas las personas del país y del mundo. En esta Fiesta Bogotá, queremos exaltar algunas de las características que tiene la ciudad.

En nuestro primer capítulo, de esta serie Fiesta Bogotá, hacemos un homenaje a todas y todos los deportistas, a través de la judoca María José Arango, quien hace parte del Equipo Bogotá del Instituto Distrital de Recreación y Deporte, IDRD, y ha representado a la ciudad en diferentes competencias nacionales e internacionales.

En el segundo capítulo, abordaremos la historia de los nombres de las localidades. ¿Por qué Usme, Fontibón, Suba, y las demás localidades se llaman así? Hablamos con Alfredo Barón, historiador del Instituto Distrital de Cultura y Patrimonio, IDPC, quien nos lleva por un recorrido por las 20 localidades, su pasado y presente.

Para el tercer capítulo, nos fuimos a la localidad de San Cristóbal, a el ecobarrio Triángulo alto y bajo, Manantial y Corinto, que recibe esta categoría porque usan de forma responsable los recursos naturales, hacen parte de todo el ciclo del agua, trabajan con bioingeniería haciendo caminos en guadua, tienen huertas comunitarias, entre otras características. En este viaje, nos acompañó el líder social y ambiental Héctor Álvarez.

Y para nuestro cuarto capítulo, entrevistamos a Bogotá, si, nuestra ciudad hizo parte de este especial. Nos contó sobre sus actividades diarias, sus planes, por qué tiene múltiples personalidades y diferentes climas, y todos los regalos que tiene para quienes la habitamos.

En esta serie Fiesta Bogotá las y los oyentes encontrarán diferentes visiones de la ciudad. ¡Escúchala!

Cultura en Bogotá

El pódcast de la Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte, se renueva; ahora somos Cultura en Bogotá. Puedes escucharnos en plataformas como Spotify, Apple Podcast y Google Podcast.

MARÍA JOSÉ ARANGO, LA JUDOCA QUE ES PROMESA DEL DEPORTE NACIONAL | FIESTA BOGOTÁ

En este capítulo hacemos un homenaje a todas y todos los deportistas, a través de la judoca María José Arango, quien hace parte del Equipo Bogotá del Instituto Distrital de Recreación y Deporte, IDRD, y ha representado a la ciudad en diferentes competencias nacionales e internacionales en las que incluso le ha ganado a la medallista olímpica Yuri Alvear.

Cuña Fiesta Bogotá: 484 años no se cumplen todos los días, por eso hoy celebramos la Bogotá que estamos construyendo, con muchos obsequios para quienes la habitan. ¿Y tú qué le regalas a la ciudad?

Periodista:  Sean todas y todos bienvenidos a Cultura en Bogotá. En este cumpleaños 484 de nuestra ciudad, queremos resaltar el trabajo de las y los deportistas bogotanos. Hoy va a estar con nosotros María José Arango, quien es una judoca bogotana y nos va a compartir sus experiencias compitiendo nacional e internacionalmente, nos va a hablar de ese momento en el que venció a Yuri Alvear en un combate y también nos va a contar cuáles son sus lugares favoritos de Bogotá para compartir en familia. 

Cuña: Esto es Cultura en Bogotá, un pódcast de la Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte. 

Periodista: El Instituto Distrital de Recreación y Deporte, el IDRD, gestiona al Equipo Bogotá, que es una cantera de talentos deportivos de la ciudad. Actualmente se apoya alrededor de 600 deportistas de alto rendimiento en diferentes disciplinas convencionales y paralímpicas. 

Una de estas disciplinas deportivas del Equipo Bogotá es el Judo, un arte marcial japonés del que María José Arango es una fiel representante. María José es miembro del Equipo Bogotá y de la Selección Colombia y ha sido ganadora de medalla de oro en la categoría libre en los Juegos Nacionales del 2019. En estos venció a la caleña Yuri Alvear, que en ese entonces era subcampeona olímpica, bronce y plata, y entonces era considerada como la segunda mejor del mundo.

Además, María José Arango ha sido cinco veces campeona suramericana en la categoría juvenil y junior. Desde niña también ha representado a nuestra ciudad y al país en campeonatos mundiales como el de París, en 2011. 

María José, bienvenida a Cultura en Bogotá ¿Cómo estás hoy? ¿Venías corriendo y un entrenamiento?

María José:  Bueno, no. De hecho venía de fisioterapia, porque tuve una cirugía de ligamento cruzado anterior hace 3 meses, entonces estoy en proceso de rehabilitación y ha sido muy difícil. Yo ya tuve una cirugía de ligamento cruzado anterior de la rodilla izquierda. Esta es la rodilla derecha, entonces digamos que ya pasé por ese proceso. Consideraba que iba a ser igual, pero no, cada lesión es diferente, cada proceso es diferente, si es doloroso, es intenso. Sin embargo, tengo un buen equipo multidisciplinario atrás que me está ayudando. 

Periodista: Bueno, dices que es la segunda vez que te pasa ¿Hace cuanto practicas este deporte?

María José: Yo llevo 20 años practicando judo, yo comencé a los 7 años, tengo 27 años. Comencé porque mi papá también es judoca, él fue presidente de la Liga de Bogotá, entonces pues metió a sus hijos y nos transmitió su pasión, nos heredó su pasión, nos contagió de su pasión y mis hermanos también fueron campeones nacionales. También representaron a Bogotá y a Colombia, y eran, pues somos una familia de judocas, pero ellos se retiraron ya hace unos años y yo continué con el este arte de alto rendimiento.

Periodista: Bueno, y a ti, ¿qué es lo que más te gusta del judo? Cuéntanos un poquito de qué se trata, porque no es un deporte tan conocido acá en el país.

María José: Sí, no lo conocen mucho. Bueno, es un arte marcial, como tú decías, japonesa, que el objetivo de este deporte básicamente es lanzar a la otra persona, lanzar al contrincante y que caiga completamente de espaldas al tú lanzarlo. Ese es punto máximo, que se llama Ippon, y ganas el combate. Sin embargo, también hay otras posibilidades de ganar, que es inmovilizando por 20 segundos a la persona, que tenga la espalda completamente en la colchoneta que se llama Tatami. Otra es estrangulando al contrincante, esta persona tiene la posibilidad de rendirse o desmayarse, es algo rudo. Y otra posibilidad es luxando el codo. Entonces la persona o se rinde, o uno le saca el codo.

Periodista: O sea, que es común estarse recuperando de lesiones en el judo (risas).

María José: Podría decirse. Digamos que las lesiones más comunes, si son de codos, cuando hacen palancas y la persona no se rinde, pero las articulaciones como los hombros y las rodillas sufren mucho porque las técnicas tienen movimientos muy rotativos. Y es tu peso más el peso de la otra persona que estás lanzando, entonces esos movimientos rotativos son fuertes para las articulaciones. Y bueno, yo creo que en todos los deportes hay lesiones, porque ser deportistas de alto rendimiento es exigir tu cuerpo día a día.

Periodista: Bueno, María José, ¿y tú cómo te preparas antes de salir a un combate? ¿Tú qué piensas en ese momento? No sé si de pronto aplicas alguna técnica especial de relajación, de respiración. 

María José: Bueno, yo respiro profundo varias veces y por mi mente pasan muchas cosas, que también dependen de la competencia. Pero normalmente visualizo mis técnicas más fuertes y visualizo cómo voy a entrar, entonces, comúnmente visualizo cómo voy a agarrar, cómo me voy a mover y qué técnicas voy a hacer, y también me gusta mucho apretar los músculos, como apretar los músculos antes de salir y sentirme fuerte, eso me hace sentir muy fuerte, como que “uy sí estoy muy bien preparada físicamente”. Y lo otro es pensar positivo. Lo cierto es que esas inyecciones de pensamientos positivos son primordiales, porque dudar hace que vengan más nervios y la adrenalina se va por otro lado. Entonces visualizándose uno lanzando ayuda a que las técnicas salen bien, hace que esos nervios y esa adrenalina sea positiva a la hora de entrar a un combate. 

Periodista: Bueno, ya que estás hablando del combate, quisiera que me contaras cómo fue esa experiencia al vencer a Yuri Alvear en los Juegos Nacionales del 2019. 

María José: ¡Uy eso fue muy intenso! Fue muy bonito, fue inesperado. Tengo que ser honesta, fue bastante inesperado, porque en la categoría individual yo había cogido bronce dos días atrás de ese torneo libre, fue en Juegos Nacionales, y yo estaba compitiendo en categoría libre y en mi categoría, que era 78 kg, yo cogí bronce y estaba muy triste, estaba muy decepcionada. Porque yo me veía campeona, entonces ser bronce me dolió muchísimo. Sin embargo, dos días después, estaba la categoría libre, que es más difícil porque en esa categoría se meten las campeonas de las anteriores categorías y básicamente me tocó competir con 3 campeonas de esos Juegos Nacionales. Me tocó el primer combate con la campeona de más de 78 kg y la final con la campeona de 70 kg, que es Yuri Alvear. Tenía mucha energía ese día, por lo que estaba muy triste. Entonces quería hacer combates, quería filtrar toda esa tristeza que tenía. Quería demostrarme que yo si podía ser campeona. Bueno, cuando llegue a la final yo simplemente pensaba, “yo quiero hacer un buen combate. Quiero dar lo mejor de mí”. Yo veía los previos a los combates de ella y veía que ella llegaba súper rápido. “Yo no quiero salir tan rápido, todo el mundo está haciéndolo rápido ¡No! Yo quiero hacer una mejor actuación”. “Va a ser muy difícil ganarle, casi que imposible”, tengo que admitir que pensé eso, pero yo dije: no, yo no voy a perder tan rápido, yo daré mi cien por ciento igual, yo no tengo nada que perder. Ella es la primera en llevar 17 años invicta, más o menos, en Colombia, y pues es la mejor judoca de Colombia, es medallista olímpica… Para mí todo era ganancia y entre con todo mi espíritu de hacer lo mejor que pude y pues ¡oh, sorpresa! En el combate me sentí muy fuerte, me sentí muy bien y no sentí que fuese imposible ganar durante el combate, ya cuando uno siente la fuerza de la otra persona, ya cuando uno siente cómo se desenvuelve el combate, mi autoestima y mi credibilidad creció un montón porque sentí posibilidades. Bueno, llegó una técnica que ni siquiera la pensé, fue como reacción. Y la lancé y gané, y tengo que admitir que en ese momento ni siquiera sabía que había ganado, fue como ¿de verdad? ¿de verdad gane el combate? Ya después, cuando salí, todos me felicitaban. Fue bastante extraño porque personas de otros departamentos me felicitaban. Todo el mundo me felicitaba como “¡Wow! Acabas de vencer a Yuri Alvear”, y uno como que en ese momento no “cae el 20” de qué acaba de hacer, sino que yo solo pensaba: ¡Me voy a llevar una medalla de oro!

Periodista: Bueno, qué bien. ¿Y cómo te sientes, digamos, en esta competencia o en las otras que has tenido como de representar a Bogotá y a Colombia?

María José: Bueno, digamos en Bogotá está el hecho de ser reconocida por los resultados, que digan “ahí está la de Bogotá y ella es buena” y que te reconozcan por la sudadera que tienes me parece muy bonito. Pero, más internacional, es ese proceso de interculturalidad, que uno se nutre con otras personas, con otros deportistas. Entonces ya no es María José, sino es la colombiana, ya no me ven como la María José de Bogotá de tal barrio, sino como a la colombiana. La colombiana es buena, te ven como un país ya, es como, los colombianos cocinan rico, los colombianos son chéveres… Esa es la responsabilidad que llevas contigo, de que tus acciones no se van a ver reflejadas como María José, sino como los colombianos. 

Periodista: ¿Y hay alguna anécdota que te haya marcado significativamente al representar a Bogotá? 

María José: Bueno, representando a Bogotá, mi anécdota más grande fue ganarle a Yuri porque eso hizo que me hiciera notar más en el judo colombiano, entonces ya no era simplemente María José, qué bueno, ha ganado ciertas competencias, sino ya es María José, la que venció a Yuri. Tal vez no suene muy bonito. Yo admiro mucho a Yuri, la respeto muchísimo. La admiro desde chiquita, el solo hecho de que haya traído dos medallas olímpicas a Colombia hizo que el deporte creciera un montón, que invirtieran muchísimo más, que se hiciera notar. A veces yo iba por la calle, me presentaba, como yo hago judo y muchas personas me decían ¿qué es eso? Pero desués cuando volvía a decir, no, yo hago judo decían ¿ah la negrita del Valle es la que hace eso? ¿Cierto? Y yo, sí, ella es Yuri, es amiga, conocida, compañera.

Ahora, como persona… Uy aquí entré en mis emociones… Hubo un momento de mi vida, yo tenía más o menos 12 o 13 años, yo vivía con mi mamá y mis hermanos. Y mi mamá se fue a vivir al Llano, a Paz de Ariporo, y yo tenía que decidir (creo que es una de las decisiones más duras que he tenido que tomar en mi vida) entre irme a vivir al Llano o quedarme en Bogotá. Para mí fue intenso porque era vivir con mi mamá, que es un apoyo emocional muy fuerte o quedarme en Bogotá con mi papá y con el judo. El amor tan grande que yo le tenía a por este deporte me hizo decidir. Sí, yo amo mucho a mi mamá, con toda mi alma, pero mi proyecto de vida está con el judo. Además, ese año ya había quedado campeona nacional, mi primer campeonato nacional fue a los 11 años, ya llevaba dos campeonatos nacionales ganados, que fue a los 11, y los 12 y ya había tocado un avión y puertas internacionales porque ya había ido a un Panamericano en Venezuela. 

Periodista: ¿Y cómo ha sido eso de vivir con tu papá y tus hermanos, que también son judocas? O sea, yo creo que sin duda te han aportado muchísimo a tu carrera como deportista, pero ¿tal vez hay algo no tan chévere, de pronto, más presión?

María José:  Bueno, no sé, mi papá nunca fue exigente en el sentido de presionarme por entrenar o por ganar, incluso a mí me disgustaba que me hiciera barra, entonces desde chiquita creo que se lo expresé alguna vez y él siempre se hace en un espacio donde él este tranquilo. Es que él se pone muy nervioso y cuando se pone nervioso me pone nerviosa, entonces a mí no me gustaba verlo nervioso y él siempre se hacía en un sitio donde yo no lo veía. Y ya, o sea, él me entregaba su energía antes de entrar en combate, como que te vaya muy bien, y ya después, cuando yo salía de mi competencia, me felicitaba o me daba ánimos, independientemente de lo que hubiese pasado. Conectamos muy bien como papá e hija. Por otro lado, mis hermanos, yo entrenaba con ellos, ellos me ayudaban a mejorar mis técnicas, entrenar con un hombre que es muchísimo más fuerte que tú, pues te ayuda y también es bonito en la casa a vivir con judocas, digamos el amor que me han expresado ellos no era como María, te amo, un abrazo ¡No! Si no ¡toma tu técnica! y eso es bonito que yo estoy en la casa y de la nada se me lancen o me quieren estrangular o me levanten con una técnica de judo. Eso hace que uno tenga reflejos de judo y es nuestro juego y es la manera en que expresamos nuestro amor, que es a través del judo. Es algo diferente, somos una familia diferente, pero bonita (risas).

Cuña: 

-Parce, estoy súper mal, terminé con mi pareja y no sé qué hacer. 

-Uff parce, pues yo creo que lo mejor que usted puede hacer es llamar a la Línea calma.

- ¿Línea calma? ¿Qué es eso?

 -Mire usted puede llamar al 018000423614 y allá hay profesionales que lo van a atender y lo van a ayudar. 

Periodista: Bueno, ¿tienes algún recuerdo con ellos en Bogotá, en algún lugar en específico que quizás quisieras recomendarle a la gente? … Como ir a un parque o algún lugar para hacer deporte…

María José: Sí, tengo un recuerdo muy, muy bello con mis hermanos y mis sobrinos, porque ya son papás, y es en el Parque de los Novios. Uno puede entrar ahí a correr y hacer ejercicio, hay una buena pista para trotar, pero los invitaría más a que tengan ese plan familiar de llevar a los niños a que se entretengan con los gansos y los patos. Es una tranquilidad, una paz, y es muy tierno ver cómo los niños se desenvuelven con los animalitos, y para estar en armonía con sus hijos, con su familia, de compartir un rato tranquilo. El Parque de los Novios es una muy, muy buena opción. 

Periodista: Bueno, María José,  ¿qué viene para ti a corto plazo? ¿Cuál es tu próxima meta? 

María José: Mi meta ahorita es quedar muy bien de la cirugía del ligamento cruzado anterior y por lo pronto, este año, quedar perfecta, quedar muy fuerte. Y ya para el año entrante competir en el Nacional y se vienen competencias internacionales como Juegos Panamericanos y Juegos Centroamericanos. Pero la competencia más latente son los Juegos Nacionales del año entrante, es a la que le boto toda toda, toda, toda mi energía. Se que para Juegos Nacionales estaré a tope, voy con toda para esta vez sí llevarme las dos medallas de oro, la de mi categoría y la de la libre. 

Periodista: ¿Y te gustaría participar en unos Olímpicos? 

María José: Uff, ese es un sueño. Sí, claro, desde que gané mi primer Nacional, que tenía como 11 años, dije que uno de mis sueños más grandes sería participar en los Olímpicos, entonces si logro la clasificación sería una María José muy feliz.

Periodista: Pues ojalá que así sea y que te vaya muy bien en estas competencias nacionales. 

María José: Muchísimas gracias, María Paula. 

Periodista: Muchas gracias por habernos acompañado en este pódcast de Cultura en Bogotá, María José, y esperamos tenerte acá en una próxima oportunidad.

María José: Gracias a ustedes, por el espacio, por la oportunidad y por darnos voz a los deportistas que también tenemos vidas interesantes.

Periodista: Bueno, todos y todas están super invitados a escuchar los siguientes episodios de este especial de Fiesta Bogotá, que hemos preparado para ustedes.

Cortinilla: Historias, calle, creación: esto es Cultura en Bogotá, un pódcast de la Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte.

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¿Sabes el origen del nombre de tu localidad? | Fiesta Bogotá

En este capítulo abordaremos la historia de los nombres de las localidades. ¿Por qué Usme, Fontibón, Suba, y las demás localidades se llaman así? Hablamos con Alfredo Barón, historiador del Instituto Distrital de Cultura y Patrimonio, IDPC, quien nos lleva por un recorrido por las 20 localidades, su pasado y presente.

Introducción: Esto es Cultura En Bogotá, un podcast de la Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte.

Periodista: Sean todos y todas bienvenidas a este segundo capítulo de nuestra temporada ‘Fiesta Bogotá’ en el cumpleaños cuatrocientos ochenta y cuatro de nuestra ciudad.

Voz en off: Santa Fe, Santa Fe de Bogotá, Bogotá.

Periodista: Nuestra ciudad ha tenido diferentes nombres a lo largo de su historia y en este cumpleaños queremos enfocarnos en el nombre de las veinte localidades. ¿Porque Fontibón Usme, Kennedy y las otras diecisiete se llaman así? Pues este es nuestro tema del día de hoy, y para descubrir esta incógnita nos acompaña Alfredo Barón, él es historiador de la Universidad Nacional de Colombia y uno de los expertos en el Instituto Distrital de Patrimonio Cultural IDPC.

Alfredo, yo tengo una duda, ¿cómo así que Chapinero se llama de esta forma por un señor que era Antón Hero Cepeda y qué hacía un tipo de zapato llamado Chapín?

Alfredo Barón: Bueno, te cuento esa historia proviene de algunos cronistas, como por ejemplo Pedro María Ibáñez de final del siglo diecinueve y Daniel Ortega Ricaurte mediados de los años cincuenta, quiénes fueron los que empezaron como a indagar de dónde provenía el nombre de Chapinero. Y ellos encontraron que un escritor del siglo diecinueve que se llama Emilio Palau definía que el hombre de Chapinero venía, precisamente un señor que hacía un tipo de calzado que se llamaba Chapín, que era un calzado que venía desde Europa, más o menos desde la Edad Media ya se utilizaba ese tipo de chapines, y lo que ellos definen es que: así como a una persona que hace zapatos se le dice zapatero, a una persona que hace chapines, se le dice chapinero. Entonces, de ahí es de donde proviene el nombre.

Antón Hero Zepeda era un gaitano, era un español, venía de Cádiz, y él llegó en el siglo diecisiete aquí a Santa Fe, y lo que cuenta la tradición es que él se casó con una hija de un cacique poderoso del sector de Usaquén, y se instaló más o menos hacia dónde queda hoy la carrera séptima con calle sesenta, y ahí digamos que puso su fábrica artesanal de chapines. Entonces la gente de Santa fe, por lo menos los que tenían más dinero, porque pues calzarse hasta el siglo veinte era extremadamente caro. Entonces la gente más adinerada, al parecer, era la que utilizaba este tipo de calzado.

¿Y cuál es la característica del chapín? Era una especie como de zapato de plataforma, pero muy muy alta, incluso podían tener hasta cuarenta centímetros de altura los que se utilizaban en Europa, y la ventaja que estos zapatos tenían era que evitaban, digamos las calles llenas de barro. Eso quiere decir que las calles de Bogotá, eran barriales prácticamente; entonces, este tipo de zapatos se hizo muy famoso en ese momento. Y lo que sucede es que la gente decía, como estaba alejado de Santa fe cinco kilómetros, la gente decía vamos a donde chapinero. Entonces de ahí es donde proviene el nombre la toponimia original. Y al parecer, esta toponimia de chapinero lo heredó la Hacienda, porque pues ya digamos que la leyenda cuenta obviamente que Antón Hero Zepeda, el Chapinero, provino después, lo cual se heredó en la Gran Hacienda Chapinero, que abarca las localidades actuales de Chapinero y Barrios Unidos.

Y existe otra tradición, también con el nombre de Antón Hero Zepeda, que es que, como él se llama Hero y hacia chapines, pues también se fusionaba con el tema de chapinero, pero pues tenemos que es el origen práctico de la palabra Chapinero.

Voz en off: 484 años no se cumplen todos los días, por eso hoy celebramos la Bogotá que estamos construyendo, con muchos obsequios para quienes la habitan. ¿Y tú qué le regalas a la ciudad?

Periodista: ¿Y qué nos puedes contar acerca de estas otras localidades? Bueno, digamos esta tiene un nombre que viene de una persona y del oficio que hacía, pero estas otras que se llaman Usme Bosa, Engativá, Fontibón, que, pues sabemos, y pues para los que no lo saben también, pues son nombres que vienen de los indígenas que habitaban en estas regiones, pero ¿qué nos puedes contar sobre esas estas puntuales?

Alfredo Barón: Pues mira, con el crecimiento Bogotá, ya mediados del siglo veinte, cuando se anexan los antiguos municipios, que eran antiguos pueblos de indios, eso se hace en el año cincuenta y cuatro, que se anexan seis municipios con un origen de pueblos de indios, que eran en su orden: Usaquén Suba, Engativá, Fontibón, Bosa y Usme, que eran los que circundaban a Bogotá y esos eran antiguos pueblos de indios que tienen el nombre prehispánico y provienen, obviamente, de la cultura Muisca. Entonces, en mil novecientos cincuenta y cuatro estos municipios se anexan al recién creado Distrito Especial, se conforman como alcaldías menores y mantienen el nombre de la antigua población. Entonces pasamos de una población prehispánica a un poblado de indios, después serían un distrito, y después sería en un municipio y después en el nombre de la alcaldía menor. Y pues después viene el tema de la localidad.

Periodista: Y, por ejemplo, estas localidades que ya tienen como el nombre de una persona, por ejemplo, Rafael Uribe, Uribe o Kennedy, sobre esas, ¿Porque de pronto tomaron estos estos nombres?

Alfredo Barón:  Bueno, esas localidades ya son de un origen posterior. Ya tenemos como el crecimiento de los años cincuenta, y aparecen, o sea, Bogotá entre los cincuentas y setentas creció obviamente un montón, muchísimo más. Entonces, en mil novecientos setenta y dos se decide crear otras dieciséis localidades, o, mejor dicho, de las que teníamos, de las alcaldías que teníamos, de las seis que te mencionaba ahorita, o siete, pues con la con la principal que era la del centro, se crean otras dieciséis alcaldías y se heredan otros nombres. Entonces, por ejemplo, aparecen el nombre como la de Chapinero, que era que tenía que ver con haciendas, pero también se decidió hacerles un homenaje a algunos personajes. Entonces, por ejemplo, aparece la localidad de Antonio Nariño, aparece la localidad, por ejemplo, de Mártires, que es súper importante porque esta localidad, pues recoge toda la tradición de la Plaza de los Mártires que queda en la Caracas con décima, que era dónde quedaba la Huerta de Jaimes, y ahí estaban todas las personas que fusilaron en mil ochocientos dieciséis. Entonces se hace como un homenaje a todas estas, a todos estos personajes, pero no son muchos, son Rafael Uribe Uribe, Antonio Nariño, los Mártires, y posteriormente, en los ochenta, cuando se crea la localidad de Ciudad Bolívar se hace porque es un homenaje a Simón Bolívar, por el natalicio de Simón Bolívar en mil novecientos ochenta y tres. Entonces, así como en mil ochocientos ochenta y tres se hizo el centenario, se celebró el centenario, y se creó el parque del centenario, entonces en homenaje también al natalicio Simón Bolívar, se crea la localidad de Ciudad Bolívar en mil novecientos ochenta y tres.

Voz en off: Anualmente, más de setenta festivales musicales de todo tipo de género se realizan en Bogotá. Por esto la UNESCO la incluyó en la lista de ciudades creativas de la música.

Periodista: Alfredo y pues yo creo que, en Bogotá, para quienes estamos acá, o para quienes han venido a la ciudad, pues han visto que digamos, hay barrios o localidades que están muy enfocadas como a un uso. Entonces digamos en Puente Aranda es muy industrial, a pesar de que hay residencias, pero es como una localidad muy, muy industrial. Mártires también es muy comercial. Sumapaz sigue siendo rural. ¿Tú a qué crees que se deba ese uso que se le comenzó a dar como a esas localidades? ¿Por qué comenzaron a tener esos destinos?

Alfredo Barón:  Bueno, pues por un lado está el desarrollo natural de Bogotá, hay que tener en cuenta que Bogotá prácticamente es una ciudad relativamente joven. Porque digamos que el ochenta por ciento de Bogotá ha sido construido desde los años treinta del siglo veinte en adelante. Y la parte más antigua de la que en realidad tiene ya cuatro siglos encima, es prácticamente lo que está en el centro y una parte de chapinero. Entonces, a medida que fue creciendo Bogotá se empezaron a desarrollar planes urbanos, entonces desde los primeros de los años veinte del siglo veinte, que ya tienen cien años encima como ‘Bogotá futuro’, está el plan centenario del treinta y ocho, que lo hizo Karl Brunner, están los planes que hizo Le Corbusier en los años cincuenta, los que hizo la Sociedad Colombiana de Arquitectos, todas estás, digamos que especializaciones del territorio, se han dado a través de esa planificación urbana que se hizo en el siglo veinte, por ejemplo, con lo que hizo Karl Brunner él definió que la zona occidental de Bogotá fuera definida o tuvieron un carácter industrial.

Periodista: ¿Y tú crees que, digamos volviendo un poquito a nuestro tema central que son los nombres de las localidades, crees que cada nombre le da como una personalidad a la localidad?

Alfredo Barón:  Sí, yo creo que sí, claro. Pues digamos que, teniendo en cuenta como los orígenes, podemos definir que hay orígenes como los que hablamos ahorita, están los prehispánicos, estaban los que tienen que ver con nombres de haciendas, como por ejemplo Chapinero, Tunjuelito, Sumapaz, Teusaquillo, que también tiene un nombre prehispánico. Están los nombres de los personajes, pero también hay nombres de lugares como por ejemplo San Cristóbal, que viene de un río, el río San Cristóbal; Puente Aranda, que viene un puente que era el puente de Aranda, que estaba en las Américas con cincuenta, que había un puente colonial. Estaba también Barrios Unidos, que es el conjunto de barrios obreros que también tienen una parte en el sector de Chapinero. Entonces, yo creo que estos nombres, de alguna forma, si definen a los bogotanos que viven en ese lugar.  Por ejemplo, hace un tiempo se hablaba los chapinerunos, que eran muy diferentes de la gente que vivía en el centro de Bogotá, entonces, una cosa eran los chapinerunos y otra eran los bogotanos. Entonces, yo sí creo que la gente se define de acuerdo a la localidad en que vive. Una cosa es Bosa otra cosa es Usaquén, una cosa es Usme y otra cosa es Teusaquillo, una cosa es Sumapaz y una cosa es Puente Aranda. Entonces yo creo que, sí hay definiciones y sí hay características, no solamente en el nombre original, sino también, pues lo que hablamos ahorita, en los usos que tienen la localidad y eso define a las personas que lo habitan.

Periodista:  Tienes de pronto, un dato curioso que nos puedas contar sobre algunas de las localidades.

Alfredo Barón: Pues ahorita se me ocurrió la del origen de Teusaquillo, que es sumamente interesante porque es un barrio del siglo veinte que hereda el nombre de un asentamiento prehispánico, que, pues ahorita que viene el cumpleaños de Bogotá y estamos celebrando los cuatrocientos ochenta y cuatro años de fundación, el asentamiento desde el cual se da el núcleo original de Bogotá se llamaba Tibsaquillo, que quedaba aproximadamente donde hoy está la Candelaria, entonces ese fue el lugar que fue escogido por Gonzalo Jiménez de Quezada para establecer digamos que el núcleo original de fundación de Bogotá en el treinta y ocho, pues porque la fundación tiene, digamos que dos momentos, en el treinta y ocho y el otro en el treinta y nueve.

Entonces todo indica que ese lugar que se llama Tibsaquillo que en chibcha significa ‘el lugar de recreo’, era un poblado indígena, pues porque toda la sabana, digamos que tenía pequeños asentamientos indígenas, pero este era el lugar de recreo del Zipa. Mientras en la sabana de Bogotá llovía muchísimo, como está lloviendo ahorita, y toda la zona de Funza, que era donde estaba el asentamiento original de Bacatá, del cual proviene el nombre de Bogotá, y que es donde queda Funza, toda esta zona se inundaba tanto entonces el Zipa tenía su lugar de descanso mientras la temporada de lluvias, en esta parte alta que era el Candelaria, entonces de ahí proviene el nombre de Teusaquillo lo cual lo hereda esta hacienda y el barrio de Teusaquillo en los años 30 y actualmente la localidad.

Periodista: Y eso que no son cercanos, ¿de pronto como un homenaje que quisieron hacer?

Alfredo Barón: Exacto eso es bien raro, porque están lejanos y creo que es como un homenaje, obviamente, pues proviene de ahí.

Periodista: No. Pues super interesante. Alfredo, tú. ¿Por qué crees que de pronto debemos, los bogotanos las bogotanas y quienes nos visitan, debemos aprender de esta historia, y no sé como para sentir un poquito más de identidad o para conocer el lugar en el que habitamos?

Alfredo Barón: Pues mira, yo creo que es fundamental saber en dónde estamos parados y por lo menos conocer, digamos algo de nuestra historia. Digamos que todos podemos conocer algo de la historia de Bogotá, pero es importante también reducir la escala un poco y conocer, por ejemplo, los nombres de nuestros barrios. O sea, eso es fundamental, digamos que es algo que está como en nuestro núcleo familiar. Entonces sabemos que nuestros abuelos, nuestros padres, bisabuelos, o hasta más pudieron llegar a ser digamos que fundadores, los primeros habitantes de esos barrios, entonces también los nombres de los barrios, digamos que algunos historiadores se han preocupado por los nombres de las calles, por ejemplo, los más antiguos como los coloniales que están en la Candelaria, pero muy pocos se preguntan por los nombres de las localidades. Eso es bien raro y es bien extraño, es que es un poco fácil de aprender porque son más poquitas, son veinte, por lo menos los barrios y calles son un montón y esos son un jurgo y las calles también pueden ser muchísimas.

Periodista: No, Alfredo, yo, la verdad, creo que me podía quedar hablando todo el día contigo porque creo que no solo yo, sino todos y todas las que nos escuchan ya tienen una lección de historia, por lo menos en este tiempo que estamos acá en este episodio. Yo creo que ya aprendimos por lo menos el nombre de las localidades de donde vienen, algo de la historia de Bogotá y hasta de las calles hablamos. Muchísimas gracias de verdad.

Alfredo Barón: no, muchísimas gracias a ustedes por la invitación y cuando me necesiten por aquí a la orden

Periodista: Bueno y para los que quieran hablar con Alfredo lo encuentran en el IDPC en nuestro Instituto Distrital de Patrimonio Cultural, allá seguro que les resuelve cualquier duda histórica. Muchas gracias a quienes nos escuchan por haber estado en este episodio y como en esta ‘Fiesta Bogotá’ estamos aprendiendo sobre nuestra querida capital no se pueden perder nuestro siguiente capítulo sobre los ecobarrios que hay en la ciudad.  Les esperamos y feliz cumpleaños Bogotá.

Final: Esto es Cultura En Bogotá, un podcast de la Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte.

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Conoce el ecobarrio de San Cristóbal, el primero de Bogotá | Fiesta Bogotá

Nos fuimos a la localidad de San Cristóbal, al ecobarrio Triángulo alto y bajo, Manantial y Corinto, que recibe esta categoría porque usa de forma responsable los recursos naturales, hace parte de todo el ciclo del agua, trabaja con bioingeniería haciendo caminos en guadua, tiene huertas comunitarias, entre otras características. En este viaje, nos acompañó el líder social y ambiental Héctor Álvarez.

Cortinilla entrada: 484 años no se cumplen todos los días, por eso, hoy celebramos la Bogotá que estamos construyendo, con muchos obsequios para quienes la habitan. Y tú, ¿Qué le regalas a la ciudad? 

Periodista: Hoy en nuestro episodio de Fiesta Bogotá estamos desde el ecobarrio Manantial, Triángulos y nodo de biodiversidad Corinto. Nos acompaña nuestro ecoamigo Héctor Álvarez, él es ambientalista, líder social y habitante de este ecobarrio pero que sea él mismo que nos cuente quién es, qué son los ecobarrios. 

Héctor Álvarez: Mi nombre es Héctor Hugo y Álvarez Cubillos habitante de la localidad de San Cristóbal del ecobarrio Manantial, Triángulos y nodo de biodiversidad de Corinto, hago parte de la Mesa de Cerros orientales, soy un luchador popular, luchador, social, pero actualmente me declaro coaching e influenciador popular, la idea es poder dar ánimo y ayudar a todas las comunidades para recuperar la memoria, recuperar la confianza, recuperar la esperanza.

Periodista: ¿En este punto en dónde estamos?

Héctor Álvarez: Estamos en la parte ente el límite entre Triángulo bajo y Manantial, ahora vamos a subir hacia Manantial, van a ver el tipo de casas y vamos a llegar al nodo de biodiversidad donde quedaba Corinto.

Periodista: ¿Qué aporta un ecobarrio a la ciudad, a todo ese espacio que está tan urbanizado?¿Qué aportes o qué regalos hace un ecobarrio a una ciudad como Bogotá?

Héctor Álvarez: un ecobarrio, en el caso de nosotros, es una iniciativa ciudadana por el derecho a la ciudad, una propuesta a las políticas de reasentamiento que no son las mejores, pero un ecobarrio qué aporta, primero cuando se tienen en cuenta los ecobarrios con los pactos de borde y pactos de vida lo que aporta es a mejorar las condiciones de los barrios, a reordenar los barrios y a que la gente se repiense parte de una ciudad, esto es lo que ayuda los ecobarrios, es como un reordenamiento urbano barrial más sustentable.

Periodista: ¿Qué es un pacto de borde y un pacto de vida?

Héctor Álvarez: Un pacto de borde es una cosa que se viene trabajando hace muchísimos años desde las comunidades, nacen en Chapinero Alto, como en los sesentas y setentas donde la gente decía: se nos están metiendo los del otro barrio hagamos un pacto con ellos para que no se nos metan. Y comienza a volverse un instrumento de negociación comunitaria, no se meta de aquí para allá ni de allá para acá, esos pactos han transitado por todos los lugares cambiando de nombre y en una administración que hubo en Bogotá hicimos unos pactos de borde que eras esos, yo vivo acá, yo me quedo acá pero también ayudo a cuidar porque estos cerros son de todos, de toda la ciudad y usted Estado se compromete a invertir en lo que hay que invertir, eso es básicamente lo que jalona un ecobarrio, esas posibilidades de que la gente viva más dignamente en los territorios y se hagan acuerdos en los bordes de río, en los bordes de humedal, en los bordes de montaña a nivel nacional.

Periodista: ¿Cuántos habitantes hay en este momento?

Héctor Álvarez: Tenemos aproximadamente unas 150 familias, unos 350 habitantes

Periodista: ¿Y las familias a qué se dedican?

Héctor Álvarez: Aquí mucha gente vive del servicio doméstico, de la construcción y de los servicios. El primer circuito era la construcción. Y este es el tema de la vivienda. Miren los tipos de vivienda, la gente cocina con leña.

Periodista: ¿Qué tipo de vivienda es?

Héctor Álvarez: Es un tipo de vivienda sustentable, que recoge los rasgos físicos del territorio, que sea armónica, que sea sismorresistente que tenga paneles solares, que maneja aguas lluvias que trate de evitar el consumo de energías digamos que normales cambiar por energías alternativas. Eso es lo que buscamos en la vivienda básicamente

Periodista: ¡ah! pero esta madera si la traen, es machimbre

Héctor Álvarez: No, esa se recicla, es reciclado, aquí la gente recicla. Aquí está la escuela rural Manantial. Ya las escuelas rurales se acabaron totalmente, ahora tenemos una escuela rural pero la evalúan con las técnicas de una escuela urbana. Ahora los niños por la carretera que se había caído siguen estudiando en el Juan Bosco, pero tenemos aquí más o menos 35 o 40 niños. Ustedes vieran, esos niños conocen las semillas siembran. La semana pasada el jueves hubo huerta entonces los niños y las niñas se vienen todos a hacer huerta dos veces al mes son niños que se van a criar con unas condiciones diferentes.

Periodista: ¿Estos murales quiénes los hicieron?

Héctor Álvarez: Nosotros la comunidad con grupos de muralistas 

Periodista: Tienen parche de muralistas

Héctor Álvarez: Si, tenemos parches de muralistas acá y gente que viene a ayudar de otras localidades, el combo de derechos humanos juvenil. Además porque creo que la gente viene acá primero porque yo les echo un carreto, que la resistencia tiene que ser con responsabilidad y que hay que ser constantes y que también hay que reconocer los territorios y llevar la energía a los territorios, a esas luchas sociales. Uno lucha es finalmente por eso, por los territorios, por la libertad, por la dignidad, por la igualdad.

Periodista: ¿Por qué se reconoce este territorio, este ecobarrio?

Héctor Álvarez: Este territorio se reconoce primero por su historia, por su historia política, por su historia cultural  y por su historia ambiental, entonces nosotros lo que hacemos es resistencia colectiva entorno a los cerros orientales entorno a la defensa de sus pobladores, pero fundamentalmente en torno al derecho a la ciudad, porqué nos sacan de acá si acá crecimos. Miren 16 tipos de aves tenemos caracterizadas, tenemos caracterizadas las plantas, tenemos caracterizados los artrópodos, los mamíferos un trabajo que es conocer el territorio pero conocerlo con la gente.

Periodista: ¿Qué otras especies se encuentran?

Héctor Álvarez: especialmente en los cerros orientales se encuentra el zorrillo o el zorro de monte, la zarigüeya o la chucha como dicen, la culebra, la pava de monte, 16 tipos de aves como la monjita, el toche, el búho la lechuza. Y miren ustedes que la mayoría son especies nativas, hay unos eucaliptos y pinos, tenemos caucho sabanero, el jaque, tenemos el sauco, el sietecueros, la curuba, el retamo. Son procesos naturales que se dan. Cuando uno pierde la capacidad de asombro, dicen que el exceso de conocimiento nos hace perder el sentido común, somos tan racionales que no nos asombramos ya por nada. Y por allá pasa la quebrada el Chuscal, ahora van a ver como el territorio la gente lo mantiene, eso que los pobres dañan el territorio, es pura carreta. 

Periodista: ¿Dónde estamos?

Héctor Álvarez:  Estamos entre la línea del barrio Manantial y el barrio Corinto. En el primer libro que yo publiqué está como era esto todo lleno de casas. Este barrio fue fundado hacia el setenta y nueve, los ochentas, ochenta y uno, acuérdate de Corinto Cauca y Corinto en la localidad de Suba, cuando sacaron a toda la gente de acá esto quedó un no lugar. Lo que hicimos nosotros fue darnos la lucha en torno a que se recuperara el espacio.

Periodista: ¿Acá habían habitantes?

Héctor Álvarez:  ¡Claro! todo esto eran casas, casas, casas, ranchos.

Periodista: ¿Y por qué los sacaron?

Héctor Álvarez:  les decían que tenían que irse por el tema de riesgo no mitigable y lograron sacar todo este barrio toda una comunidad por allá para Bosa.

Periodista: ¿En este territorio habían familias que fueron reasentadas?

Héctor Álvarez:  Aquí habitaron familias que eran del Cartucho y fueron reasentadas en Patio Bonito en la localidad de Kennedy, en Bosa, en la zona rural y otros están todavía rodando por ahí.

Periodista: ¿y este jardín se hizo con qué motivo?

Héctor Álvarez:  esto se llama el Nodo de Biodiversidad Cerros Orientales, se acuerdan que hoy el Jardín Botánico tiene el tropicario, en ese tiempo con la administradora del Jardín Botánico implementamos un tropicario acá, que es lo exótico para ir a ver especies nativas. El Jardín Botánico se estaba pensando el tropicario y dijeron pues saquémoslas de acá porque en los cerros podemos tenerlas, entonces sacaron las especias nativas las trajeron para los cerros y abrieron espacio para hacer el tropicario. Abrieron tres nodos de biodiversidad: Nodo de Biodiversidad Guacheneque, Nodo de Biodiversidad Corinto ecobarrio Manantial y Nodo de Biodiversidad Sumapaz donde hay especies nativas. Esto lo hicimos con el Jardín Botánico, que fue con obras de regalías con plata de regalías se hizo esto, más de 4000 millones de pesos, el Jardín Botánico y la comunidades diseñamos colectivamente este espacio. Un espacio que quedó totalmente abandonado, casas casas casas, además con muchas fuerza negativa por los muertos que tuvimos se logró convertir en un espacio más saludable en un espacio más de vida.

Periodista: ¿Este espacio acá qué es?

Héctor Álvarez:  Este espacio se llama la casa de la memoria, era de la señora Lucila, la señora que resistió hasta el último momento acá en Corinto, fue la última señora que lograron sacar, ella no se quería ir pero se fue. Lo que hicimos fue resignificar el espacio, como tu dices, con pinturas, con murales haciendo esa memoria del territorio, los chircales, recuperar el espacio.

Periodista: ¿Y estos eran los muros de la casa de la señora? 

Héctor Álvarez:  Estos eran los muros originales, nosotros los pintamos

Periodista: Los vecinos hicieron la intervención artísticas

Héctor Álvarez:  Si, con unos pelados de la localidad muy buenos muralistas, entonces era como vivía la gente, como trabajaba en los chircales, era cómo se vivía, mira las casas unos encima de otros.

Periodista: ¿Acá en el ecobarrio que expresiones culturales se encuentran?¿qué colectivos culturales hay?

Héctor Álvarez:  Hasta ahora estamos trabajando porque los que teníamos ya se fueron, los chinos se fueron. Por un lado tenemos el grupo de zanqueros de ecobarrio, tenemos el ecocirco, son niños hasta ahora pero son personas que están ahí desde la cultura haciendo el ecocirco, como desde la cultura y lo artístico haces memoria, como resignificas el territorio.

Periodista: ¿Qué es este espacio?

Héctor Álvarez:  Este le llamamos el vivero, acá se colocan las plantas en los semilleros, se trabajan los semilleros y acá es como la sala cuna de aquí lo que hacemos es trasplantarlas al centro de propagación y de ahí se distribuyen dependiendo de donde se necesiten más.

Periodista: acá empiezan la vida, párvulos y ¿luego?

Héctor Álvarez:  Pasan al jardín que está allá, que es el área de propagación y después pasan al colegio que es donde tienen que crecer

Periodista: ¿Has conocido otros ecobarrios de Bogotá, del país, del mundo?

Héctor Álvarez:  Si claro, yo he conocido Friburgo, Alemania he conocido ecobarrio en Suiza, me han invitado a Cartagena a hablar de los ecobarrios porque el tema de los ecobarrios empieza a volverse una vaina poderosa, entonces en Cartagena están haciendo resistencia en La Popa por el tema de la gentrificación, nos han invitado allá de la Universidad de Cartagena, he ido a ser coaching e influenciador, me han invitado a Armenia, en Medellín nos han llamado mucho para hacer ecobarrios, en Cali hay ecobarrios y logré conocer, virtualmente, ecobarrios en México, en Chile, incluso en la nueva constitución metieron el tema de los ecobarrios, en Brasil hay ecobarrios, en Bolivia hay ecobarrios, en Perú hay ecobarrios. Ecobarrios empieza a volverse en América Latina, esas alternativas al desarrollo de transición de las comunidades hacía una sustentabilidad.

Periodista: ¿el ecobarrio Manantial ha sido eco, en otros ecobarrios?

Héctor Álvarez:  Si, totalmente, en la localidad, en la ciudad, en el país y en el mundo hemos sido eco. Vino alguien y dijo: pero esto no es un ecobarrio. Le dije si usted va a La Perseverancia o a Ciudadela Colsubsidio será que es un ecobarrio. Qué imagen es la que tenemos nosotros en la cabeza de un ecobarrio, para nosotros ¿qué es un ecobarrio? Un ecobarrio es lo que la gente se piensa, ese es el eco fundamentalmente, lo que la gente se piensa, no es un discurso afelpado, si usted no ve el eco es diferente. Yo no estoy comparando por allá en La Perseverancia, todo es denso, casas casas pocos jardines, si no allá en los bordes y un parquecito, eso también es un ecobarrio, si la gente se piensa como un ecobarrio pues es un ecobarrio, qué tiene que tener un ecobarrio, muchas matas, manejo de aguas, vivienda sustentable, sí también, pero finalmente no hay un modelo.

Periodista: ¿Dónde estamos Héctor?

Héctor Álvarez:  Estamos en la piedra del mirador El Olvido que Seremos, el nombre se lo colocamos por lo que ha pasado con el libro de Héctor Abad Faciolince. Entonces el Olvido que Seremos, la familia el conflicto armado tiene que ver mucho esa relación.  Se llama la piedra el Olvido que Seremos porque mucha gente que se fue el territorio la olvidó, porque es un territorio resiliente pero la gente que se fue llora por haberse ido del territorio la naturaleza le dijo chao, es que la naturaleza solo se recuperó, eso se llama resiliencia. 

Periodista: Ecoamigo ¿qué es el derecho a la ciudad?

Héctor Álvarez: el derecho a la ciudad desde nuestra lectura es: yo tengo derecho a quedarme acá porque no se me está cayendo la piedra, porque el río no se me llevó nada, miren ustedes, qué riesgo se ve acá, entonces me sacan con argumentos que no son los fundamentales para desterritorializarme a un lugar muy lejano, eso se llama el derecho a la ciudad.

Periodista: Héctor ¿cuál es el sitio que más te gusta de tu ecobarrio?

Héctor Álvarez: el sitio que más me gusta del ecobarrio es mi casa, el Nodo de Biodiversidad que es este donde estamos y en general el barrio, es que caminarse el barrio en días tranquilos es muy lindo, es lo que más me gusta

Periodista: ¿Cualquier persona puede venir al ecobarrio?

Héctor Álvarez: Si, cualquier persona puede venir al ecobarrio, nos dice y puede venir, es mejor que sepamos quien es porque como todo es una comunidad pequeña, todos nos conocemos, entonces a veces la gente siente que gente extraña viene a hacer cosas que no debe hacer.

Periodista: ¿Y cómo los contactan?

Héctor Álvarez: pueden contactarnos por Facebook: Héctor Álvarez Cubillos o por WhatsApp al 3142993840.

Periodista: Héctor muchas gracias por habernos acompañado hoy en Cultura en Bogotá una despedida de ecoamigo para nuestros oyentes.

Héctor Álvarez: bueno ecomigos y ecoamigas espero que se encuentren bien. Espero que la experiencia nos sirva para que todos podamos recuperar el espíritu de los lugares y que el eco se trascienda a nuestros territorios. Por otro lado pues recuperar la fe, la esperanza y que esto puede cambiar y bueno, seguir adelante con la resistencia. Un abrazo su ecocoaching e influenciador popular, chao.

Cortinilla cierre: historias, calle creación, esto es Cultura en Bogotá. Un pódcast de la Secretaría de Cultura, recreación y Deporte.

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Una conversación con Bogotá | Fiesta Bogotá

Entrevistamos a Bogotá. Sí, nuestra ciudad hizo parte de este especial. Nos contó sobre sus actividades diarias, sus planes, por qué tiene múltiples personalidades y diferentes climas, y todos los regalos que tiene para quienes la habitamos.

Cuña Fiesta Bogotá: 484 años no se cumplen todos los días, por eso hoy celebramos la Bogotá que estamos construyendo, con muchos obsequios para quienes la habitan. ¿Y tú qué le regalas a la ciudad?

Periodista: Sean todos y todas bienvenidas un episodio más de Fiesta Bogotá. Hoy nos acompaña alguien muy especial, que ha pasado por mucho durante toda su vida, ha visto alegrías y también tristezas, nos ha regalado música, artistas, espectáculos, ha sido testigo importante de grandes sucesos. Se trata de Bogotá. Si, hoy entrevistamos a nuestra amada ciudad en su cumpleaños 484.  ¿Cómo estás Bogotá? cuéntanos un poco sobre ti.

Bogotá: Me presento, soy Bogotá, antes fui Santafé, y Santafé de Bogotá. Y aunque soy una sola, tengo múltiples personalidades.

Estoy de cumpleaños y eso me pone súper feliz. Hasta ahora son 484 años y espero que sean muchos más. 

Con el tiempo y lo que se vive, voy aprendiendo, y sobre todo la gente me va enseñando cómo es el asunto de ser una ciudad grande, una ciudad capital, a la que llegan tantas personas de tantos sitios diferentes.

Siempre estoy con gente nueva, no solo de Colombia sino del mundo y me gusta que seamos hartos, tan distintos y cada quien con sus historias. Miren, por ejemplo en el transmilenio se encuentra un poquito de todo: hay gente hasta de malas pulgas, los que van de afán los que se pasan de la estación, otros en el rebusque, cada loco con su tema, pero para llegar rápido es lo mejor.

Hace unos años tenía más desorden, todo era un chichonero con los buses por la Caracas, y todo lleno de contaminación, un humero tenaz, pero en eso he cambiado un montón.

Periodista: ¿Bogotá, a qué te dedicas?

Bogotá: Yo me dedico a ir a la ciclovía que va de norte a sur. Nos parchamos trotando, en bici, en patines, con el perro. Es el plan perfecto para los domingos, aunque también está la subida a Monserrate, con sus 1034 escalones. Llegan con la lengua afuera pero con el corazón cargado. Allá arriba podemos ir a misa a la Iglesia del Señor Caido, comer piquete, o el típico tamal con chocolate, lo que ustedes prefieran. Pero ya saben el cuento, que no se puede subir con su pareja porque nunca se casan.

También me gusta ir al teatro, y hartos que tengo. O al pulguero bien sea el del centro o el de Usaquén a ver qué viejeras encuentro. Uy otra cosa que me gusta hacer es subir en TransmiCable hasta la punta de la loma de Ciudad Bolívar; allá visito el Museo de la Ciudad Autoconstruida, y hago un tour de grafiti espectacular.

Me encanta ir a los Distritos Creativos, son 15, ¿Sabían? Está hasta ese que le dicen Bronx, que en algún momento fue peligroso,pero ir ahora, eso es otro mundo, y hacen unos conciertos muy tesos.

Mejor dicho, conmigo nadie se aburre.

Periodista: Bogotá, ¿Cómo es un día tuyo?

Bogotá: Yo me despierto super temprano. Imagínense en la Central de Abastos, Corabastos, el camello empieza desde la madrugada, no ha salido el sol y ya estamos de pie, con los coteros y tinteras, y en la Plaza de las Hierbas, en la Samper Mendoza, estamos desde las 10 de la noche hasta las 5 de la mañana. Ahí llegan campesinos y campesinas a ofrecer plantas ancestrales y medicinales de distintas zonas del país. Esa plaza huele tan bueno: a ruda, caléndula, manzanilla, menta (canta: traigo abre camino pa` su destinoo).

Y por otro lado, también me acuesto tarde. Ya sea entre semana o el fin de semana siempre tengo planes por hacer y muchos lugares están abiertos hasta bien entrada la noche, como los restaurantes de Calle Bonita en La Macarena, para comer delicioso, y los bares de la Zona T para bailar sabroso. Por eso en Latinoamérica muchos me reconocen

Sin embargo, los días cambian dependiendo un poco de mi estado de ánimo. Debo admitir que soy un poco variable. A veces, por la mañana, me da por llover; al mediodía dejo entrar un sol fuerte, y en las noches vuelvo con algo de frío. Casi siempre he sido fría, por eso es mejor tener el tinto y la ruana listos.

Entonces por eso me dan ganas de hacer distintos planes. En los días soleados aguanta mucho hacer caminatas en los cerros orientales, ir al sendero Aguanoso, allá arriba del mirador de la virgen de Guadalupe. Y en los días fríos aguanta un cafecito o chocolate con almojábana en el Chorro de Quevedo.

Periodista: ¿Quiénes han influido en tu vida?

Bogotá: Tanta gente que he conocido y que ha pasado por mi vida, mis calles, mi historia. Acá hubo hasta una revuelta de la que me acuerdo mucho y quedé vuelta nada. ¿Se acuerdan?, el Bogotazo. Mataron al señor Gaitán, quedé destruida y la gente de esa época me re construyó.

También tengo muy presente a esta otra gente: la loca Margarita y el Bobo del tranvía. Se la pasaban en el centro, calle sube, calle baja. Ahora el que mide calles es Radioloco o Banderita, el man que sale de fondo cuando entrevistan en los noticieros, en la películas en todo lado con la tricolor en la cabeza y el radio en la mano.

Me acuerdo mucho de los emboladores, o embellecedores de calzado que llamábamos, estaban en casi todas las entradas de las oficinas, en la Plaza de Bolívar, en La Nieves, en el parque Santander en Fontibón.

El parche de los grafiteros también me encanta, me ha puesto tan linda. Por la 26 me llené de colores, de formas, hasta un beso apasionado tengo. ¡Y hay un Distrito Graffiti y todo!

Periodista: ¿Qué tienes que todo el mundo quiere estar acá? O ¿Por qué andas con tanta gente?

Bogotá: Pues me encanta, porque en mi se mezclan las culturas. El año pasado hice el Festival Colombia Sabe a Pacífico, hubo encocado, aborrajados, piangua. Todo delicioso, puro omega 3.

Toda la gente que ha llegado a mi, la he acogido, algunos no se amañan por el frío. A mi ha llegado gente de todas las regiones: pastusos, opitas, caucanos, santandereanos, llaneros somos una pequeña Colombia. Soy de los gitanos, de los afros, de los indígenas, raizales, palenqueros. Todos me han ofrecido tanto y me han hecho como soy: con berraquera, ganas de trabajar, alegre, y llena de diversidad.

Me gustan sus acentos, sus tradiciones, sus colores, sus ritmos, lo que me enseñan, sus saberes, porque dicen que a veces se aburren, que soy como gris, pero que no coman cuento. Que vengan me conozcan, me saluden, me dan un chance y se enamoran de mí.

Periodista: Ya para despedirnos ¿Qué regalos tienes para quienes viven en tí?

Bogotá: Uy muchas cosas. 127 kilómetros de ciclovía; 28 bibliotecas públicas; un hermoso plan de lectura, oralidad y escritura; nuevos sistemas de transporte; las manzanas del cuidado, para estar pendiente de quienes me habitan; una ciudadanía más comprometida a cuidarme; programas para emprendimientos locales, nuevos pensamientos, nuevas formas de ser. Yo creo que a quienes me habitan, les dejo esperanza, ganas de seguir adelante, cambiar el mundo, y seguir construyendo una mejor ciudad. Solo tengo que decirles, gracias por este homenaje. Yo seguiré con los brazos abiertos y, recuerden, la Bogotá que estamos construyendo somos todos y todas.

Periodista: Pues Bogotá, muchas gracias por haber aceptado nuestra invitación, y todos y todas estamos seguros de que cada día te cuidaremos y querremos más. Ah, y ¡feliz cumpleaños!

Cortinilla: Cuña: Esto es Cultura en Bogotá, un pódcast de la Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte.

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