Las tumbas y lugares de entierro son los primeros signos de la sociedad. La tumba instituye el recuerdo, es el útero de la humanidad, como bellamente afirma la antropóloga forense Helka Alejandra Quevedo.

A pesar del destierro sufrido por los antiguos residentes y visitantes, los columbarios y el globo B del Cementerio Central han sobrevivido para revelarnos, en su aparente vacío y uniformidad, cientos de pistas que nos permiten reconstruir fragmentos de historias, pistas y detalles, o mejor, indicium /latín/: indicador, revelación, anuncio de algo.

Las paredes de los nichos, con nombres, mensajes y fechas saliendo a la superficie, anuncian el despertar de un lugar hablante, que insiste en resurgir para Nombrar y Dignificar la memoria de los muertos del Cementerio de Pobres.

¿Tienes algún recuerdo, experiencia o testimonio sobre este espacio funerario y sus muertos?

Estamos construyendo el primer archivo de memorias colectivas asociado a los columbarios y tu historia familiar nos importa. Envíanos tus aportes hasta el 5 de diciembre al correo eloisa.lamilla@idpc.gov.co:

– Tu nombre completo

– Tu historia en un resumen breve

– El archivo que nos quieras compartir, puede ser: una nota de voz, un texto, una fotografía.

– Las primeras 20 personas en participar podrán adquirir una publicación de la editorial del Instituto Distrital de Patrimonio Cultural.