El pasado 13 de diciembre, el Consejo Distrital de Patrimonio Cultural (CDPC) otorgó concepto favorable para la declaratoria del área que corresponde con el Parque de Borde de Cerro Seco donde se localiza el árbol denominado el Palo del Ahorcado, en Ciudad Bolívar, como un Bien de Interés Cultural del ámbito distrital. Con este concepto, el trámite pasará a la Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte (SCRD), entidad encargada de emitir la resolución que oficializa este anuncio histórico para la localidad y la ciudad.
Actualmente el área que obtuvo concepto favorable para la declaratoria como Bien de Interés Cultural (BIC) corresponde al Parque de Borde de Cerro Seco, contiguo al Parque Ecológico de Montaña Cerro Seco. Este espacio, definido como área de protección ambiental según el Plan de Ordenamiento Territorial (POT), alberga un ecosistema Subxerofítico Andino, preservando especies de flora y fauna nativas, algunas de ellas en peligro o amenaza.
El Palo del Ahorcado, como único eucalipto ubicado en la cima del Cerro Seco, ha estado entrelazado con las trayectorias de vida de miles de habitantes locales, simbolizando la migración interna y los procesos de autoconstrucción de los barrios circundantes. Su origen incierto ha dado lugar a narrativas populares, entre ellas, la historia de Ernestina y Pablo, dos compadres que, hace casi un siglo, viviendo cerca de este eucalipto, mantuvieron una relación amorosa y fueron excomulgados y castigados por vivir en concubinato. Producto de esto, Pablo desapareció y, en medio de su tristeza, Ernestina se ahorcó. Desde allí a este árbol se le conoce con el nombre de Palo del Ahorcado.
A lo largo del tiempo, Cerro Seco y el árbol se han convertido en puntos de referencia físicos, simbólicos y espirituales para la comunidad de Ciudad Bolívar, generando nuevas prácticas y procesos en su entorno. Inicialmente, se realizaban actividades cotidianas como lavar la ropa, bañarse, recorrer el cerro, realizar deportes, entre otras, que fortalecen los lazos comunitarios. En 1985, las comunidades y parroquias comenzaron a llevar a cabo el viacrucis en esta área, que es actualmente, la segunda peregrinación más importante que se desarrolla durante la Semana Santa en Bogotá. Aún hoy, diversas prácticas espirituales, ambientales, de cuidado del territorio y educativas continúan vigentes gracias a la iniciativa de colectivos, organizaciones y habitantes locales.
Patrick Morales Thomas, director del IDPC, considera que “esta es una gran noticia para las organizaciones comunitarias que estuvieron impulsando este proceso de declaratoria porque representa, sin duda, un esfuerzo grande en términos de proponer una conversación a Bogotá sobre los múltiples sentidos y significados que han venido construyendo alrededor de este territorio. El Palo del ahorcado es un Eucalipto ubicado en Cerro Seco que como ellos, también es un es un foráneo, es alguien que llegó a este lugar, que tuvo que darle un sentido, que tuvo que construir una mirada sobre estos territorios y una manera de habitar este mundo. El Palo representa ese símbolo, pero también alrededor de este lugar confluyen una cantidad de prácticas culturales y expresiones simbólicas muy relevantes como el viacrucis de Semana Santa donde el punto final es el Palo del ahorcado. También es el lugar de la educación popular, del Instituto Cerros del sur, el lugar donde los niños y niñas jugaban cometas, y también es un lugar que tiene un patrimonio arqueológico muy relevante y está ubicado en un sector ecosistémico fundamental para la ciudad. En ese sentido el palo del ahorcado y esta última declaratoria que ha acompañado el IDPC, constituye un buen símbolo del legado de lo que hemos llamado patrimonios integrados; esta lectura en red de los sentidos y las relaciones de los distintos patrimonios que a veces no se dejan ubicar en las casillas de los patrimonial. Esta declaratoria abre una conversación sobre esos otros patrimonios de escala vecinal y de escala barrial, que son fundamentales en los procesos de reivindicación cultural, de las comunidades y en ese sentido el patrimonio se ha convertido y sin duda es un gran legado del instituto en un dispositivo y en un lenguaje muy importante para movilizar estas expresiones de reivindicación territorial y de construcción de derechos culturales de comunidades diversas que antes no se reconocían en el campo de lo patrimonial”.
Sobre el proceso de reconocimiento y preservación de este espacio patrimonial
Este proceso se gestó a partir del 2020, impulsado por la iniciativa de residentes de Ciudad Bolívar, colectivos comunitarios y personas comprometidas con este territorio. A partir de allí, el IDPC, a través de diversas actividades de investigación participativa, exploró las manifestaciones culturales asociadas al Palo del Ahorcado y al Cerro, y en el 2021, durante el desarrollo del proceso de patrimonialización, se llevaron a cabo investigaciones, entrevistas, talleres y recorridos en colaboración con miembros vinculados a los procesos comunitarios del área. Estos esfuerzos permitieron identificar múltiples expresiones culturales arraigadas al árbol y su entorno natural.
Posteriormente, el año 2022 marcó la comprensión integral del territorio, el paisaje y las prácticas comunitarias arraigadas en el espacio natural asociado al Palo del Ahorcado y a la Reserva Ecológica de Cerro Seco, a través de actividades, salidas de campo y espacios de trabajo.
Fue a partir de lo anterior que se determinó la importancia de proteger no solo el patrimonio cultural material, sino también el ecosistema subxerofítico (bosques secos y muy secos) y otros elementos del paisaje con gran significado para la comunidad local.
Como parte del proceso, se publicó el libro “Palo del Ahorcado. De la raíz a la resistencia” y el cuento “Violeta echó raíces en la montaña”, una invitación a comprender y valorar otras formas de patrimonio cultural y natural presentes en la ciudad.
En el transcurso del 2023, el equipo de Valoración del IDPC, continuó trabajando en colaboración con colectivos y organizaciones comunitarias de la localidad. Se llevó a cabo un taller de cartografía y recorridos para construir el documento de valoración patrimonial, reconociendo el territorio físico espacial donde suceden las prácticas y usos integrados al patrimonio cultural y ambiental. Con este documento, se realizó la solicitud ante la Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte (SCRD), quienes previamente a la presentación realizada frente el CDPC, inscribieron el bien en la Lista Indicativa a Candidatos como Bienes de interés Cultural (LICBIC) según la Resolución No. 905 de 4 de diciembre de 2023.
Darling Molina, quien hace parte de dos organizaciones sociales de la localidad de Ciudad Bolívar, entre ellas Gestores de paz Potosí y No le saque la piedra a la montaña, y quien es autora de uno de los capítulos del libro el Palo del ahorcado, afirma que el concepto previo favorable otorgado por el Consejo Distrital de Patrimonio Cultural “es un hecho muy importante, es el resultado de un proceso de años de articulación con el Instituto Distrital de Patrimonio Cultural, pero también es producto de todos los procesos, trabajos, luchas y apuestas que como organizaciones comunitarias tenemos en la localidad de ciudad Bolívar y alrededor de Cerro Seco. El reconocimiento y la declaratoria del área en el que habita el Palo del ahorcado como Bien de Interés Cultural es un logro que en términos simbólicos, es muy importante para nosotras como habitantes de una localidad que ha venido apropiándose y construyendo prácticas que hablan de cómo construimos patrimonio en el sur de la ciudad y como las formas en que hemos construido, luchado y resistido en el territorio habla de cómo también hemos construido ciudad y cómo esto tiene importancia, no solo para quienes habitamos la localidad sino también para la ciudad misma. Entonces creo que es un mensaje a la ciudad, alrededor de los territorios, los ecosistemas y las personas que habitamos el sur y los bordes de la ciudad, hemos estado en unos lugares marginales, son territorios y somos personas que hemos estado atravesadas por estigmatizaciones y por violencias, por diferentes situaciones y realidades que desconocen la importancia que tenemos para la ciudad y que esto pase, da un mensaje que habitamos, que resistimos y somos fundamentales para mantener la vida”.
Sobre los valores patrimoniales
El valor histórico de Cerro Seco y el Palo del Ahorcado radica en ser testigos de los procesos de poblamiento, de urbanización y autoconstrucción de Ciudad Bolívar que empezaron a mediados del siglo XX, una localidad formada mayormente por migraciones del campo a la ciudad. Este territorio, que ha sido moldeado por la autogestión y la organización comunitaria, ejemplifica cómo se ha estructurado el crecimiento urbano en su borde sur. Adicionalmente en el área circundante entre Bogotá y Soacha, se encuentran abrigos rocosos, vestigios cerámicos y pinturas con arte rupestre con valor arqueológico, lo que da indicios de la presencia de comunidades indígenas prehispánicas en el territorio.
Por su parte, el valor estético de esta área no solo reside en sus características físicas y formales, sino también en los valores paisajísticos y ambientales que definen su identidad en Cerro Seco. El árbol es un elemento singular para las visuales y el paisaje. Es un lugar de intensivo uso cultural, donde diferentes personas encuentran diversos significados, desde lo espiritual hasta la resistencia frente a la adversidad.
El valor ambiental se atribuye a la conformación del ecosistema subxerofítico en el área del Palo del Ahorcado, en el Parque de Borde de Cerro Seco y en el Parque Ecológico de Montaña Cerro Seco. Este entorno montañoso, en el borde sur de Bogotá y colindante con Soacha, actúa como barrera para la expansión urbana y alberga especies de flora y fauna únicas.
El valor paisajístico y simbólico del Palo del Ahorcado lo convierte en un referente geográfico e identitario para los habitantes del área. Este ser vivo ha establecido profundos lazos con la comunidad, convirtiéndose en un símbolo espiritual, identitario de resistencia frente a las dificultades experimentadas por los habitantes locales y de movilización social comunitaria para su defensa y protección ambiental .
Finalmente, esta área representa un testimonio esencial del paisaje urbano y un hito culturalmente significativo para la ciudad, en él convergen el patrimonio natural y cultural, y es donde se gestan, se desarrollan y se expanden prácticas educativas, de cuidado del territorio, de evocación de memoria, de espiritualidad, de sincretismo, de diversión, de organización comunitaria, de recreación, de lucha y de vida, para distintas generaciones que habitan el territorio y que encuentran una relación única con el Palo del Ahorcado y el área que coincide con el Parque de borde de Cerro Seco.