El IDPC se la juega por las Mujeres – 8M marzo 8, 2023 – Publicado en: noticias – Etiquetas:

En el 2023 el IDPC se une a la campaña distrital “Bogotá se la juega por las Mujeres”, con la que se busca reconocer sus derechos y resaltar el papel fundamental de las mujeres cuidadoras en función del mejoramiento de la vida de las personas de sus entornos y de la sociedad, en general.

De igual manera, en el marco del Día Internacional de los Derechos de las Mujeres, el Instituto Distrital de Patrimonio Cultural (IDPC) conmemora y resalta el rol de las mujeres en la construcción, la protección y la activación del patrimonio cultural, así como en la reivindicación de los derechos culturales con enfoque de género, como se muestra en los siguientes escenarios:

Mujeres en la ruralidad

Actualmente, en Usme, se está construyendo el Parque Arqueológico y del Patrimonio Cultural, un lugar que reconoce y valora el aporte de las mujeres campesinas, quienes a través de sus memorias, saberes y prácticas, tejen a diario los patrimonios de la Bogotá rural. Como lo afirma Yolanda Ortiz, mujer campesina de la vereda La Requilina: “Tejer va en el corazón. Es algo que está presente. Ha sido mi bienestar, mi refugio y mi arraigo. Se tejen las palabras, se les dan nuevos sentidos. El tejido lo es todo: está en nuestro cuerpo, está en las plantas, en el universo”.

A su vez, en Sumapaz el liderazgo y rol activo de las mujeres ha sido fundamental en las diversas luchas que tejen la historia de la localidad. Tal es el caso de mujeres como María Elda Poveda, quien fue la primera lideresa en ocupar un cargo en la organización agraria como secretaria de SINTRAPA; de Esperanza Rubiano; Josefina Benítez Gonzales, Julia Eva Romero, conocida como “la negra chaparraluna; Amanda Ramírez o Celmira Benavides, quien compuso el himno de Sumapaz.

En esta localidad, el IDPC ha venido avanzando en la salvaguardia del patrimonio vivo de los campesinos y campesinas que la habitan. Entre los muchos elementos que la comunidad ha identificado, se destaca especialmente la memoria de la partería campesina sumapaceña, una tradición en la que, históricamente, las parteras no sólo atendían el nacimiento, sino que acompañaban a las madres gestantes, cuidaban los bebés recién nacidos, diagnosticaban y trataban enfermedades en sus veredas, y construían conocimiento sobre el uso de plantas medicinales, la reproducción de la vida y el cuidado del cuerpo.

Mujeres que construyen patrimonio

Bogotá se construye con las manos del cuidado, la sabiduría y la tenacidad de las mujeres que protegen el Patrimonio bogotano; por eso desde el equipo de Intervención de Fachadas y Espacio Público del IDPC, se han abierto diferentes escenarios, para visibilizar y destacar su participación como protectoras de la ciudad y de los entornos que constituyen el patrimonio de la ciudad.

De esta manera, desde el Programa Patrimonios Barriales, el 50% de la mano de obra local contratada fue de mujeres que actuaron en la recuperación de espacios públicos y entornos patrimoniales. Estas actividades se llevaron a cabo mediante acciones de limpieza, restauración y pintura de fachadas a lo largo de los núcleos fundacionales de Suba y Bosa, y en los barrios de Belén y Las Cruces en el Centro Histórico de Bogotá, en donde se han recuperado lugares deteriorados y se ha contribuído a la creación de espacios habitables y seguros. En este proceso se contó también con la contratación de mujeres integrantes del Cabildo Muisca de Bosa, que nutrieron desde sus saberes y experiencias, las jornadas, los conversatorios en torno al patrimonio, y la socialización de técnicas, con la defensa de la multiculturalidad y el reconocimiento de prácticas ancestrales en diferentes localidades de Bogotá.

La participación de las mujeres en la intervención al patrimonio ha sido relevante, razón por la cual desde el equipo se ha buscado su liderazgo y acompañamiento durante los procesos de intervención, así como la continuidad de su participación en las jornadas de voluntariado. 

Por último, como pioneros en la formulación de talleres con técnicas constructivas tradicionales y en articulación con mujeres artistas urbanas de la Mesa Local de Graffiti Centro, el equipo de fachadas del IDPC, programó  el desarrollo de los primeros murales elaborados con pinturas a base de materiales como el barro, tierra y cal, para la restauración de superficies en el centro de la ciudad,  buscando el reconocimiento de saberes y conocimientos ancestrales y su puesta en marcha bajo una perspectiva contemporánea.

Otro de los ejemplos a destacar tiene que ver con la Brigada de Atención a Monumentos (BAM), creada en noviembre de 2017. Desde entonces, la BAM recorre todas las localidades realizando mantenimiento, especialmente, a los pedestales de las esculturas y obras en el espacio público de la ciudad. La BAM está conformada por la restauradora Laura Cumbalaza que lidera y organiza las actividades de la cuadrilla, por medio de su conocimiento técnico, dedicación y pasión. En el equipo de auxiliares también está Daniela Duque, quien comparte las labores con sus compañeros, ejecutando acciones que requieren tanto de esfuerzo físico como de sensibilidad, conocimiento y amor por el oficio de la restauración. 

Por otro lado, el Sello Editorial del IDPC  lanzó en 2022 el libro Luz Amorocho, una publicación de tipo “Cara y Cruz” que hace parte de la Serie Homenajes a Arquitect@s en Bogotá. El libro, en una de sus caras, muestra la investigación de un grupo de seis personas dirigido por la profesora Silvia Arango de Jaramillo sobre la labor de Amorocho como arquitecta, y en la otra cara, se presenta un texto que explora su ámbito personal, desarrollado por Lucas Maldonado.

Este libro es un ejercicio que procura salirse de los formalismos, pues quizás es solamente por fuera de las fórmulas y las convenciones que resulta probable narrar a una mujer como Luz Amorocho. Si bien el hecho de haber sido la primera mujer graduada como arquitecta en el país es la razón por la cual se le ha reconocido en ámbitos académicos e intelectuales —aunque de manera muy insuficiente—, su condición de precursora solo es comprensible si se atiende al carácter singular de una mujer que tomó el riesgo de habitar los terrenos prolíficos que se ocultan debajo de los contornos clasificatorios.