Un paciente en estado crítico, visible pero casi siempre invisible ante la mirada de los transeúntes en pleno centro de Bogotá, diagnosticado hace ya más de 20 años con una enfermedad critica, se resiste a dejarse vencer, tal vez solo está esperando el momento de hacer valer su voluntad anticipada, para ser lo que desde un inicio proyecto ser, fuente de salud y bienestar.

Existe una fuerte relación del material con el territorio, en este caso al usar papeles fotosensibles ya vencidos, aparentemente inservibles, hojas de cuaderno encontradas en el complejo a simple vista obsoletas, se conectan con el estado y percepción actual del hospital, que visiblemente deteriorado y a la incertidumbre del futuro de sus estructuras, tal vez nos sigue dando un mensaje de resistencia al seguir conectando de una u otra forma con el bienestar de los que allí frecuentan, como si estuviera presente la sentencia de una voluntad anticipada.