Este título analiza la manera en que el orden social traspasa los límites de la vida para instalarse también en la muerte. El texto se concentra en la exploración de un espacio funerario que, a pesar de hacer parte del Cementerio Central y colindar con su parte más apreciada (la Elipse y el Trapecio), ha sido desestimado por las políticas de la memoria y violentado por los planes urbanísticos.
La zona de la Elipse y el Trapecio del Cementerio Central resguardan desde el siglo XIX a los muertos “ilustres” del país, con sus mausoleos y sus nombres claramente legibles. Estos cuerpos que importan han estado resguardados por una particular noción de valía, que a su vez se ha estabilizado en el tiempo gracias a la sublimación discursiva y estética de un orden social abismalmente jerárquico. De forma opuesta, el costado occidental, donde estaba ubicado el Cementerio de Pobres, acogió la muerte de las vidas menos “respetables”, aquellas signadas por una causa de muerte, religión o condición social que avergonzaban y no merecían ser recordadas.
En esta publicación, que se adentra en la historia del Antiguo Cementerio de Pobres desde perspectivas íntimas y reflexivas, a través de la exploración documental y de la observación detenida de las huellas que aún conserva el espacio, el equipo de investigación del Instituto Distrital de Patrimonio Cultural (IDPC) analiza los mecanismos de manifestación y estabilización del tratamiento diferenciador de la muerte en un lugar y una población en particular. El Antiguo Cementerio de Pobres nos habla de la Bogotá de los muertos. Y en esa conversación, las borraduras que se hacen visibles en las siguientes páginas no dan cuenta tan solo de lo ocurrido en este espacio, sino que son un recordatorio de una herida latente: la de la desigualdad estructural que atraviesa y determina tanto nuestra cotidianidad como nuestras maneras de elaborar la muerte y de construir memoria.
Autores: Eloísa Lamilla Guerrero, Ana Margarita Sierra Pinedo, Javeri Ortiz Cassiani
Año: 2023