Esta publicación, que en conjunto con el libro que la acompaña “La historia ilustrada del barrio Jorge Eliécer Gaitán”, nos permite -como bien lo dicen los autores- sentirnos como en casa, cuando reconocemos y hacemos públicas otras historias y patrimonios en nuestra ciudad.
En 2019 y de forma paralela a las iniciativas del Plan Parcial de Renovación Urbana NOA que amenazaban con una radical transformación del Barrio Gaitán, Olga Lucía Castañeda, Diana María Blanco y Wilver Alexis Pacheco, fueron ganadores de la Beca de Investigación Histórica sobre un Barrio de Bogotá, otorgada por el Instituto Distrital de Patrimonio Cultural en el marco del Programa Distrital de Estímulos. Su trabajo, centrado en el Barrio Gaitán, partía del hecho de entender el lugar, como uno de los primeros barrios obreros de la ciudad, que pasaría prontamente a convertirse en un sector destinado primordialmente al comercio en edificios de altura.
Esta latente amenaza que implicaría el desplazamiento de varios de sus habitantes por el cambio de uso del sector, la venta de casas y la transformación de tipologías arquitectónicas y de perfil del barrio, conllevó a que desde la investigación se entablara un interesante diálogo entre la trayectoria histórica del lugar y las memorias vivas de quienes aún lo habitan.
La publicación se remonta al territorio que ocupó el Gaitán desde la colonia y luego, a los procesos de conformación de haciendas, fincas y finalmente lotes que se considerarían urbanizables, aún cuando se ubicaban en una de las franjas de terreno anegadizo de la ciudad, al nor-occidente de esta. Tanto la amplia demanda de vivienda producto de las migraciones del campo entre los 30s y 40s y la respuesta lucrativa a esta situación por parte del negocio de urbanización en Bogotá, definirían en buena medida las dinámicas propias del Gaitán.
Por una parte, sus primeros habitantes fueron campesinos que vinieron a Bogotá en búsqueda de oportunidades que la violencia o la idea de progreso les arrebataron en sus lugares de procedencia. Por otra, el barrio fue constituido a partir de los lineamientos de la Secretaría de obras Públicas Municipales, por lo que las casas, muchas de ellas auto construidas, se erigieron bajo los permisos que otorgaba la oficina de barrios obreros, confiriendo una tipología particular al lugar, que aún se conserva.
La imagen del político Jorge Eliécer Gaitán fue un referente determinante en las ideas de cambio que se anhelaban en el barrio. Cuando asesinaron a Gaitán en 1948, la comunidad pidió al Concejo de la ciudad que el barrio, llamado inicialmente La Providencia, pasara a ser denominado como lo conocemos actualmente y que además se erigiera una escultura en su nombre. A los pocos años de haber sido ubicada en el corazón del parque central del barrio, la escultura de Gaitán fue dinamitada por la guerrilla conservadora de “Los Pájaros”. Sin embargo, el espíritu de organización comunitaria permitió que fuera restaurada y vuelta a ubicar en donde se encuentra hasta el día de hoy.
Esa capacidad de organización interna de los habitantes del barrio aún se mantiene, lo que en el caso de esta publicación permitió la conjunción de saberes con varios de los residentes a través de recorridos y encuentros que permitieron dar cuenta de los vínculos que existen en el lugar respecto a la vida cotidiana, la trayectoria histórica del barrio y su forma urbana.
Autores: Diana Blanco, Olga Castañeda, Alexis Pacheco
Año: 2020