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Aquí encuentras libros del Sello Editorial en formato de audio, que, pensados en perspectiva de accesibilidad universal al conocimiento, la historia y la memoria del patrimonio, te invitan a nuevas experiencias sensoriales con nuestras publicaciones.

Oriéntate. Los cerros son nuestro nombre

ORIÉNTATE. LOS CERROS SON NUESTRO NORTE

Los Cerros Orientales constituyen el mayor patrimonio de los bogotanos y son el principal activo cultural y paisajístico de la ciudad, donde radica buena parte de la identidad de la capital. Los Cerros Orientales, presencia inocultable y majestuosa, hacen única a Bogotá.

No es casual que en la ladera de esta imponente cadena montañosa se hubiera fundado la ciudad y que aún hoy esta siga siendo su sello distintivo. Los Cerros son protagonistas de planos, cuadros y fotografías históricas, así como de imágenes contemporáneas registradas con medios más sofisticados. En Bogotá todo sucede a sus pies; los Cerros son y serán testigos de la historia y de la evolución de la ciudad.

El goce de las montañas debe ser un derecho de todos, residentes y visitantes. Estas enmarcan la sabana y hacen las veces de “cordón verde”, equivalente a las riberas de las ciudades con frente marítimo o fluvial, cuyo espacio es legalmente de uso público. Sin embargo, en Bogotá todavía no somos del todo conscientes de la enorme importancia y potencial que estos tienen. Los Cerros son agua, son verde, son aire, son vista, son vida. Pero no siempre los reconocemos, los apreciamos y los cuidamos como es debido. De ahí el inmenso compromiso de valorarlos y protegerlos, así como de desarrollar sus posibilidades de uso y disfrute de manera respetuosa.

Portada de Las nieves. La ciudad al otro lado

LAS NIEVES. LA CIUDAD AL OTRO LADO

Esta publicación aborda  un sector de Bogotá que a finales del siglo XVI era una de las parroquias –como se nombraban las divisiones geográficas de Santafé– de aquella incipiente ciudad.Las Nieves, limitaba al sur con el río San Francisco, al norte con la Recoleta de San Diego, al oriente con los pies de los cerros y al occidente con la Alameda Vieja (actual carrera 13).

Se identificó en una época por ser albergue de gentes dedicadas a distintos oficios artesanales para caer en una etapa donde su imagen se opacó por ser un lugar de prácticas socialmente deleznables.  Hoy, el barrio revive su esplendor como un sector universitario y de ambiente cultural.